, 20 Abr. 22 (ACI Prensa).- El Cardenal Javier Lozano Barragán, de 89 años, falleció en la mañana de este miércoles 20 de abril, en la ciudad de Roma, donde residía.
El cardenal Lozano Barragán nació el 26 de enero de 1933 en Toluca (México). Según destacan desde Vatican News, el Cardenal Lozano Barragán hizo la Primera Comunión en la Basílica de la Virgen de Guadalupe, también allí fue ordenado Obispo y celebró su primera misa como Cardenal.
El Cardenal Javier Lozano Barragán era Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud del Vaticano y Arzobispo emérito de Zacatecas (México).
Fue creado cardenal por San Juan Pablo II en el año 2003 y participó en el Cónclave de abril de 2005 que eligió al Papa Benedicto XVI.
Con la muerte del Cardenal Lozano Barragán, el Colegio Cardenalicio queda formado por 210 cardenales, de los cuales 117 son electores y 93 no electores.
Desde Vatican News destacan que como Obispo tuvo que vivir momentos de frialdad entre el gobierno civil y los líderes de la Iglesia. Apoyó firmemente el reconocimiento jurídico de la Iglesia en México, que poco antes parecía impensable.
El Cardenal Lozano Barragán se formó en el seminario diocesano de Zamora, Michoacán, (México), posteriormente obtuvo la licenciatura y el doctorado en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
Se ordenó sacerdote en octubre de 1955 y enseñó Teología Dogmática, Historia de la Filosofía en el seminario diocesano.
Fue presidente de la Sociedad Teológica Mexicana, Director del Instituto Teológico Pastoral del CELAM y participó en la Conferencia Episcopal de Puebla en 1979.
En 1979 fue nombrado Obispo auxiliar de la Ciudad de México. Fundó la Universidad Pontificia de México.
Posteriormente fue Obispo de la Diócesis de Zacatecas (México). En 1988 se convirtió en miembro del Pontificio Consejo para el Diálogo con los No Creyentes, que posteriormente pasó a ser el Pontificio Consejo de la Cultura.
En 1989 fue miembro de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y en 1997 fue nombrado Consejero de la Comisión Pontificia para América Latina.
Desempeñó distintos cargos dentro del CELAM. Y en enero de 2000 se convirtió en miembro de la Congregación para los Obispos.
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