“Es injustificable que la lucha social se manche con la presencia de grupos armados criminales que buscan sembrar el caos, el terror y la desestabilización por las calles de nuestro Ecuador”, indicaron las Iglesias en un comunicado conjunto difundido el 24 de junio.
Agregaron que “es injustificable que la búsqueda de mejores días para todos se contamine con la proterva intención de desestabilizar el orden democrático, legalmente constituido, sea desde la calle o desde los intereses de partidos o grupos”.
El 13 de junio inició en Ecuador un paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), para exigirle al Gobierno, entre otras cosas, la reducción de los precios de los combustibles, garantizar “precios justos” en los productos de primera necesidad y dar subsidios a los pequeños agricultores.
Sin embargo, desde hace más de 10 días las marchas se tornaron violentas y los manifestantes se han enfrentado con la policía y cerraron varias carreteras. Los enfrentamientos han dejado ahora han dejado hasta ahora 5 muertos, 166 heridos y 108 detenidos. Además, el bloqueo de las carreteras terminó por agravar la crisis económica.
En su mensaje, las iglesias expresaron que “la legítima manifestación de descontento, por la situación de abandono y de injusticia de estos días, es una expresión del camino que aún tenemos que recorrer como nación para atender a todos, especialmente a los más vulnerables”.
“Cada uno de nosotros somos responsables de haber mirado a otro lado cuando la salud, la educación, los alimentos, el salario justo no eran un bien de todos sino de pocos”, agregaron.
En ese sentido, se enfatizó en que “es hora de que todos nos comprometamos a hacer de la fraternidad una verdadera acción política, de la sensatez y la verdad nuestra manera normal de actuar, y de la paz y el diálogo nuestro único camino”.
“Es hora de que gobernantes y gobernados podamos hacer una opción por la vida, por la defensa de los más vulnerables, por el progreso en equidad para todos”, continúa el comunicado.
También se afirmó que “desde la atención pastoral, pero también desde las múltiples obras de las diferentes confesiones cristianas en salud y educación, nos comprometemos a poner en el corazón de nuestra acción la defensa de los derechos de los pueblos y comunidades indígenas y de todos los ecuatorianos”.
Finalmente, las iglesias firmantes aseguraron que defenderán “el orden constituido, como el único marco político y social para solucionar nuestras diferencias”.
“¡Que Jesús, con su corazón manso y humilde, nos una como hermanos, hijos de esta hermosa tierra del centro del mundo!”, concluyeron los obispos.
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