La reciente revocación del derecho al aborto en EE.UU. da alas a las protestas a los provida españoles
El domingo 26 de junio, miles de personas tomaron las calles de Madrid – 25.000 según las autoridades, 100.000 según los organizadores –; para protestar contra la reforma de la ley del aborto en España, y por extensión, contra toda la legislación contraria a la vida humana.
La marcha había sido convocada por más de 200 organizaciones de todo el país, entre las más importantes la Asamblea por la Vida, la Libertad y la Dignidad; la Plataforma «Cada Vida Importa», y la plataforma NEOS, presidida por el político español Jaime Mayor Oreja.
Aunque la manifestación no tenía carácter político, participaron en ella destacados miembros del partido VOX, según informó la agencia Europa Press. No hubo presencia de obispos españoles, aunque sí estuvo presente a título personal el obispo emérito del Callao (Perú), el español José Luis del Palacio.
La sentencia en EE.UU. muestra que el debate sigue abierto
NEOS
Según afirmó Mayor Oreja al tomar la palabra, al final de la marcha, la revocación de Roe vs Wade en EE.UU. muestra que el aborto no es algo «inevitable»: «Esta sentencia demuestra que el debate de la cultura de la vida no está cerrado, ni mucho menos, y que prevalecerá sobre la cultura de la muerte, expresión de la esclavitud de ayer».
El fundador de Neos añadió que es fundamental «movilizarse y defender los fundamentos cristianos de nuestra sociedad frente al implacable desorden social. No estamos hoy aquí en un debate del pasado, sino para tomar conciencia y prepararnos para el debate del futuro».
NEOS
Por su parte, Josep Miró, coordinador de la Asamblea por la Vida, la Libertad y la Dignidad, criticó al Gobierno español por «dedicar diez veces más recursos a subvencionar al aborto que a ayudar a la maternidad».
Finalmente, Nayeli Rodríguez, Coordinadora Nacional de la campaña de 40 días por la Vida
para España, advirtió a propósito de la sentencia en EE.UU. que «la verdad siempre gana», y que el aborto «no es solo una cuestión religiosa, sino de ciencia, humanidad y sentido común».
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