El Papa Francisco recibió en audiencia en el Vaticano a los miembros de la Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios y de la Confederación de Empresarios de Galicia (España), a quienes animó a “proponer una economía adecuada para contribuir a resolver las grandes problemáticas que vivimos a nivel mundial”.
Para conseguirlo, dio a los presentes 3 consejos:
1. Ser profetasEl Santo Padre invitó a los empresarios españoles a “desarrollar su servicio, digamos, como profetas que anuncien y edifiquen la casa común, respetando todas las formas de vida, interesándose por el bien de todos y fomentando la paz”.
“Sin profecía, la economía, y en general toda la acción humana, está ciega”, aseguró el Papa.
2. Cuidado de la relación con DiosEl segundo consejo que dio el Papa Francisco fue cuidar la relación con Dios.
Según explicó a los presentes, “cuando cultivamos la salud espiritual, cuando tenemos una relación bien cuidada con el Señor, comenzamos a dar muchos frutos buenos”.
“La carestía de amor y justicia en nuestras relaciones son consecuencia de un descuido de nuestra relación con el Creador, y esto repercute también en nuestra casa común”, dijo el Papa.
3. El trabajo y la pobreza“Con los valores del trabajo y la pobreza, que implican la confianza completa en Dios y no en las cosas, se puede crear una economía que reconcilie entre sí los miembros de las diversas etapas de producción, sin que se desprecien mutuamente, sin que se creen mayores injusticias o se viva una fría indiferencia”, aseguró el Papa Francisco.
“Esto no quiere decir -continuó el Pontífice-, que se ame la miseria, la cual, por el contrario, tiene que ser combatida, y para ello ustedes tienen buenos instrumentos, como la posibilidad de crear empleos, y contribuir así a dignificar a sus prójimos”.
Por último, encomendó a los emprendedores a la protección de la Virgen Santísima y de San José.
“Ellos supieron cuidar de su familia y de su casa con corazón de padres. Que ellos intercedan por ustedes, para que el Señor les conceda también un amor maternal y paternal para cuidar de la familia humana y de la casa común”, concluyó.
Publicar un comentario