Las hermanas carmelitas del monasterio de María, Madre de Dios, en Juja Farm (Kenia) no tienen agua. Para vivir, necesitan nuestra ayuda.
Llevamos años escuchando el problema que asola a África: no hay agua; ni tampoco depuradoras ni canalizaciones que aseguren su traslado. Tan solo el 25 por ciento de la población del continente tiene acceso a agua tratada.
Considerada un derecho humano, factor de estabilización y desarrollo, el agua continúa vetada para millones de personas que la siguen consumiendo de ríos y lagos contaminados, enfrentándose al contagio de enfermedades, a una altísima mortalidad infantil y a una baja esperanza de vida.
Un motor que dará vida a este convento
Las Carmelitas de Juja, ya han construido el pozo: mide unos doscientos metros. Conscientes del gasto que les supondría la electricidad, han optado por darnos una lección de ahorro energético, con la instalación de placas solares, para poder extraer el agua sin consumir energía eléctrica. Tan solo necesitan un motor con la potencia suficiente para sacar el agua.
Este monasterio fue fundado hace cuatro años por las Hermanas Carmelitas del Convento de la Purísima Concepción de Utrera (Sevilla). Forma parte de la Federación Española «Mater et Decor Carmeli».
Desde sus inicios, la Fundación DeClausura ha apoyado a este monasterio con donativos, en particular «para alimento y para la construcción de un gallinero».
En este enlace, puede ofrecer su donativo al Monasterio de Juja a través de la Fundación DeClausura.
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