El "camino minado" que el Papa y la diplomacia vaticana están dispuestos a recorrer ante la amenaza del uso de armas nucleares y para poner fin a la guerra en Ucrania
Así como informó Aleteia en la Carta desde Roma, en su edición del miércoles, el Kremlin está dispuesto abrir el canal diplomático con Estados Unidos y el papa Francisco para encontrar una solución a la guerra en Ucrania, afirmó el secretario de prensa de la presidencia rusa, Dmitri Peskov (Interfax-26.10.2022).
«Estamos dispuestos a debatir todo esto (sobre la situación en Ucrania) con los estadounidenses, con los franceses y con el pontífice», dijo el portavoz Peskov como reacción a las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, que este lunes pidió al papa Francisco que llame al presidente ruso, Vladímir Putin, así como al patriarca de la Iglesia ortodoxa, Kirill, y al presidente estadounidense Joe Biden para impulsar un proceso de paz en Ucrania.
Desde el Vaticano, la respuesta diplomática es de apertura, pero desde la prudencia. El Secretario de Estado, Pietro Parolin ha confirmado a la prensa italiana: «No sabemos qué significan estas palabras, qué fundamento tienen y qué desarrollo pueden tener. Pero si hay un pequeño hueco, sin duda lo aprovecharemos».
Alineados por la paz
Esta es la primera vez que el Kremlin no le cierra del todo la ‘puerta en la cara’ al Papa o a la Santa Sede tras 8 meses de continuos llamamientos (más de 93 públicos) para que detenga la ofensiva militar en territorio de Ucrania. El último lo hizo el Papa en persona ante varios líderes religiosos y líderes del mundo de la cultura reunidos para rezar y «gritar por la paz«, en el evento organizado por la Comunidad de San Egidio en el Coliseo. «No somos «neutrales, sino que estamos alineados por la paz», dijo el Papa esta semana (25.10.2022).
La diplomacia vaticana se mueve con cautela y no pierde ocasión para hacer lo que le pide el Papa: Trabajar para evitar la locura de la guerra, acallar la amenaza atómica y se usen armas nucleares y sigan aumentando el número de desplazados de guerra (100 millones en todo el mundo) y hayan más muertes de civiles (6.400 ucranianos y más de 9800 heridos).
El cardenal Parolin, al margen de un acto celebrado en Roma por el 50 aniversario de la fundación Avsi (Asociación de Voluntarios para el Servicio Internacional), afirmó que está estudiando la reciente declaración del Krelim: «Estamos reflexionando sobre lo que podría hacerse». Pero, por es «demasiado pronto».
Desde el principio de la invasión rusa en Ucrania, la Santa Sede y el Papa han ofrecido su mediación. No obstante, la Iglesia Católica no haya aplanado del todo la fisura milenaria marcada con la Iglesia Rusa Ortodoxa.
Aún así, la Santa Sede, se presenta como un «tercer actor desinteresado» para poner fin al conflicto que las cancillerías occidentales, por diversos intereses nacionales o transnacionales, no logran aplacar por vía diplomática con éxito.
El grito por la paz
El Papa y el Vaticano ya han sido llamados a ser mediadores de paz en un conflicto con amenaza nuclear hace más de 60 años. En efecto, papa Francisco recordó este martes el papel pacificador que tuvo su predecesor San Juan XXIII en la ‘crisis de los misiles’ de Cuba que duró 13 días y que tuvo en vilo a las dos potencias nucleares de entonces EE.UU y la URSS (el 16 de octubre – 29 de octubre de 1962).
«Durante una grave crisis internacional, en octubre de 1962, cuando parecía inminente un enfrentamiento militar y una deflagración nuclear, San Juan XXIII hizo este llamamiento: «Imploramos a todos los gobernantes que no permanezcan sordos a este grito de la humanidad. Que hagan todo lo que esté en su mano para salvar la paz».
Además caber recordar también el deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba que tuvo lugar en 2014, con los dos equipos negociadores ultimando el acuerdo como invitados del Palacio Apostólico, y luego las palabras de reconocimiento y agradecimiento dirigidas al Papa por parte de los presidentes B. Obama y R. Castro. Ahora más que nunca retumban las palabras del Papa Francisco: «¡La paz es santa, la guerra nunca puede serlo!» (25.10.2022).
Volviendo al pasado, en plena crisis de los misiles en Cuba, Juan XXIII hizo un llamamiento a Kennedy y a Krushev para evitar el riesgo de una guerra nuclear y que el pontífice latinoamericano hace suyas: «Sesenta años después, estas palabras suenan sorprendentemente actuales. Las hago mías. No somos «neutrales, sino que estamos alineados por la paz». Por eso invocamos el ius pacis como el derecho de todos a resolver los conflictos sin violencia».
El camino minado
El camino minado de la no violencia. El Papa ya ha recibido varias respuestas negativas por parte de Vladimir Putin, sin contar el puente agrietado con la iglesia ortodoxa rusa, cuando el Papa llamó a Kirill: “monaguillo de Putin” por su nacionalismo justificador de la invasión rusa. Otro aspecto, asimismo no indiferente a considerar en la ecuación para buscar la paz es la decisión del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky de no negociar mientras Putin esté en el poder. Así, la diplomacia vaticana tiene poco espacio de intermediación. La mediación, indican expertos desde el Vaticano, es posible solo si las dos partes en conflicto la piden.
El Papa invita a no perder la esperanza y el miércoles, tras la audiencia general, ha dicho: «No nos olvidemos de rezar y continuar con la oración por la atormentada Ucrania». «Que el Señor proteja a ese pueblo y nos lleve a todos por el camino de la paz duradera». Cabe recordar que en la novena Jornada Mundial por la Eliminación de las Armas Nucleares, Francisco reiteró en un tweet que «hoy más que nunca» el uso «con fines bélicos» de este tipo de recursos va «no sólo contra el hombre y su dignidad, sino contra cualquier posibilidad de futuro en nuestra casa común».
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