La Guía práctica del buen trato al niño, titulada:
· “Cómo hacer felices a nuestros hijos”.
Es un firme pilar para:
· “Criar, educar y conseguir la felicidad de nuestros hijos”.
Son los principios prioritarios que los padres nunca deben olvidar:
· “Para que los niños desarrollen consistentemente su personalidad: secuencialmente, equilibradamente y en armonía; y puedan, como consecuencia, después tener un buen futuro”.
No son normas desconocidas; y además figuran entre las recomendaciones europeas, pues se ha reconocido sus efectos beneficiosos sobre el desarrollo de los niños. Son de sentido común; pero, en el día a día, muchas veces se dejan de lado o se olvidan. Por eso, nunca está de más recordarlas, como han hecho un equipo multidisciplinar de expertos en la:
· “Guía práctica del buen trato al niño”.
Psicólogos, pediatras, pedagogos, trabajadores sociales, policías y diferentes equipos médicos especializados, nos dicen cómo tratar bien a nuestros hijos desde que nacen y hasta los diecinueve años y en todos los entornos posibles:
· “Familia, escuelas infantiles, colegios, institutos, hospitales, juzgados, medios de comunicación...”
He aquí los cimientos que la familia debe ofrecer a diario para hacer felices a sus hijos:
· Los comentarios están a cargo de Jesús García Pérez, coordinador de este trabajo y jefe de la Unidad de Pediatría Social del Hospital Niño Jesús de Madrid.
Muy importante es proporcionarles afecto y apoyo
· “Nuestros hijos quieren abrazos, caricias... que empaticemos con ellos. Así les damos seguridad”
· Mantener una actitud amable y cariñosa, a la vez que firme y consciente; ayuda a establecer una relación de confianza y amor entre padres e hijos.
· Y eso proporciona a los niños: autoestima y alegría.
· Y les ayuda a tolerar mejor las frustraciones y a afrontar mejor las situaciones difíciles.
Para ello se puede empezar a tratar con los niños, dedicándole tiempo:
· Intentando comprender lo que quieren decir.
· Agradecer su ayuda y esfuerzo.
· Compartir con ellos sentimientos y opiniones.
También es fundamental dedicar tiempo para interaccionar con los hijos:
· “Los expertos nos aconsejan estar tranquilos cuando estemos con los hijos”.
· “Se trata de disfrutar de la compañía en cualquier circunstancia ya sea: ordenando sus libros, poniendo la mesa, ayudándoles a estudiar, haciendo deporte o jugando con ellos o con sus juegos”.
Comprender las características de la evolución del comportamiento de los hijos a cada edad determinada:
· Ello es la mejor forma de entender las reacciones que tienen los niños y adolescentes.
· Hay comportamientos que son propios de una edad, conocerlos nos ayudará a saber reaccionar sin necesidad de enfadarnos, reñirles o castigarles.
· Un ejemplo, a los tres años, es propio que se nieguen a colaborar con los padres y esto nos está indicando que están empezando a construir su propia personalidad. Quieren empezar a ser ellos mismos.
Comunicarse abiertamente con los niños:
· Escuchar y respetar sus puntos de vista.
· Promover su participación en la toma de decisiones.
· Hacerles participar en las dinámicas familiares.
Para esto también puede ayudar mucho valorar sus capacidades y su potencial, con frases de ánimo, como:
· “Veo que haces muy bien esta tarea”
· “Es estupendo que seas puntual”
· “Adelante que estás mejorando”
Establecer límites y normas según la edad para orientar el adecuado comportamiento de los hijos:
· “Esto debe empezar desde la más tierna infancia; los niños cuando actúan, exploran o experimentan se les pueden olvidar las normas; pero no por ello, en muchas ocasiones, nos están retando ni tienen intención de molestar; otras sí; pero no conviene nunca reaccionar ante esto: con gritos, con riñas y con amenazas, pues solo puede conllevar que los niños también reproduzcan estos comportamientos”.
· “Cuando crecen, incluso, conviene comentar y decidir con ellos cuáles son las normas y porqué y las consecuencias que conlleva su incumplimiento”.
Y para terminar, como escritor del artículo y como experto en tareas pedagógicas, les dejo las siguientes ideas útiles y muy recomendables:
· Disfrutar de la compañía en familia es fundamental para un buen desarrollo de los niños.
· Realizar con ellos excursiones
· Realizar con ellos deporte y actividades lúdicas.
· Responsabilizarlos de determinadas tareas.
· Evaluar las tareas y agradecerle a ellos lo realizado.
· Realizar viajes y explicarle lo que vemos.
· Preguntarles después del viaje de lo que hemos visto en un ambiente distendido y cordial.
· Hablarle de la vida y su sentido humano y, si procede, Divino.
· Explicarle el sentido del dolor, del esfuerzo.
· Explicarle los sentimientos.
· Enseñarles a ser solidarios, así serán más felices.
· Hablarles de la trascendencia de la vida y su profundo significado.
· Educarlos en el marco de: Valores, Virtudes y Vivencias.
Fuente: M. J. Pérez-Barco. ABC
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