(ZENIT – 27 feb. 2018).- “El Señor dice: ‘Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco’. No nos asusta. Es como el papá del hijo adolescente que ha hecho una travesura y debe reprenderlo”, ha señalado Francisco.
El Papa Francisco se refirió en la Misa celebrada esta mañana, 27 de febrero de 2018, en la capilla de Santa Marta, a la “actitud especial” de Jesús ante nuestros pecados, inspirándose en la lectura tomada del primer libro del Profeta Isaías que ofrece una verdadera “llamada a la conversión”.
La Cuaresma es un tiempo que nos ayuda en la conversión, en el acercamiento a Dios, en el cambio de nuestra vida. “Ésta es una gracia que hay que pedir al Señor”, ha recordado el Papa esta mañana.
En esta línea, el Santo Padre ha dicho: “El Señor no se cansa de llamar a cada uno para que cambiemos nuestra vida, para que demos un paso hacia Él a fin de convertirnos”.
Jesús no amenaza
De modo que Jesús, como el padre con respecto a un hijo adolescente, con un “gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón”, ha asegurado el Pontífice, y ha indicado que Jesús “no amenaza, sino que llama con dulzura, dando confianza”.
“Vengan y discutamos” son las palabras del Señor a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra, al que –tal como explicó el Papa– ya ha indicado el “mal” que hay que evitar y el “bien” que hay que seguir. Y así también lo hace con nosotros:
“Hablemos, discutamos”
El Señor en este pasaje nos llama así: ‘Vamos, vengan. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero aporrearlos’. Y dado que sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho algunas cosas’… Inmediatamente: ‘Incluso si tus pecados fueran como la escarlata, se volverían blancos como la nieve. Si fueran rojos como la púrpura, llegarían a ser como lana”, ha descrito el Santo Padre.
“Pero ven, no te asustes, ven. El perdón está”: El Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de camino y muchas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra, ha explicado el Papa.
“A mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande, que se cree crecido y aún está a mitad de camino. Y esto nos anima. Ir hacia el Señor con el corazón abierto: es el Padre que nos espera”, ha comentado.
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