El documento más completo y amplio que han elaborado las Naciones Unidas sobre el cambio climático acaba de darse a conocer. Afirma que el nivel del mar subirá un metro de aquí al año 2100 (dentro de 80 años) de seguir con el aumento de la temperatura global actual. Esto obligaría a millones de personas a desplazarse a otras zonas porque no tendrían medios de subsistencia donde viven ahora.
El informe ha sido elaborado por el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), que son expertos independientes, según las ONU. Este aumento del nivel de las aguas del mar podría reducirse entre 30 y 60 centímetros si el calentamiento global se limitara a 2 grados centígrados en relación con los niveles preindustriales. Pero si las temperaturas aumentan al nivel actual, las aguas de los mares podrían subir hasta los 110 centímetros dentro de 80 años.
El aumento de la temperatura hasta hoy ha afectado a la calidad de las aguas de los océanos, que hoy son más ácidos, menos productivos y además los fenómenos meteorológicos de ciclones o maremotos, como el caso de “El Niño”, serán más frecuentes.
Se derriten también los glaciares. Se calcula que pequeños glaciares en Europa, el este de África, los Andes Tropicales e Indonesia perderán más del 80 % de su masa de hielo de aquí a 2100 con el actual escenario de altas emisiones de gases con efecto invernadero. Esto afectará a la calidad y disposición de agua en las regiones más bajas y en sectores como la agricultura, el turismo o la energía.
En estudio publicado en la prestigiosa revista Nature, elaborado por la Universidad de Zurich, asegura que los glaciares pierden cada año 335.000 millones de toneladas de hielo, y que entre 1961 y 2016 han desaparecido nueve billones de toneladas de hielo de los glaciares, lo que ha hecho subir en 27 milímetros el nivel de las aguas del mar. El estudio analizó 19 regiones gracializadas. Las mayores pérdidas se registraron en Alaska, seguida de Groenlandia, el sur de los Andes, Canadá y Rusia.
El mundo vive pendiente de las noticias sobre el clima, sobre todo después de que en el año 2015 el papa Francisco lanzó su encíclica “Laudato sí”, que sensibilizó a los cristianos y a los gobiernos del mundo sobre la necesidad de la defensa de “la casa común”, y dijo: “Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. (LS, 14).
Vino después el Acuerdo de París sobre el Cambio climático, patrocinado por la ONU, un año después, en el que los gobiernos se comprometieron a limitar el calentamiento global a 1,5 grados y promover un desarrollo que, sin afectar a la producción de alimentos, reduzca cada vez más los gases de efecto invernadero, que la ONU ha fijado su desaparición para el año 2050. De este acuerdo, Estados Unidos se desvinculó en 2017, bajo la presidencia de Donald Trump.
Ahora, entre el 23 y 25 de septiembre se ha celebrado la Cumbre sobre el Clima en Nueva York, también bajo los auspicios de la ONU, con el reclamo de la presencia y participación de la adolescente sueca, Greta Thunberg, de 16 años, cuya intervención fue más bien un grito: “¡cómo os atrevéis!”, “ustedes robaron mis sueños y mi infancia” al no hacer nada para resolver el cambio climático y utilizar palabras huecas.
En esta cumbre 66 países anunciaron que tomarían nuevas medidas y darían más ayudas para luchar contra el cambio climático. Sin embargo, países como China, India y Turquía, no aceptaron reducir drásticamente las emisiones de CO2 al ser importantes productores de carbón. Greta Thundberg ha conseguido movilizar a muchos teenagers de todo el mundo que se manifiestan y van a la huelga por el cambio climático, para defender “la casa común”.
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