Pachu y Rubén tienen seis hijos. Él es maestro y ella diseñadora. Se conocieron en el año 99, en un Camino de Santiago que hicieron con la juventud del Movimiento Apostólico de Schoenstatt. Tiempo después, a raíz de unas misiones comienzan a salir juntos.
Ellos son ‘la familia Pompas’, y les siguen miles de personas en su cuenta de instagram. ‘Pompas de Elefante’ son ya buenos conocidos en Aleteia, gracias a un artículo de Sofía Gonzalo en el que conocimos su historia y cómo saborean la vida.
Pachu y Rubén afrontan la vida como una misión, y las redes son un lugar más donde desarrollarla. Entre otras cosas crean el ‘bote instagramero’ donde “si necesitas que recemos por ti ponemos tu nombre a los pies de la Virgen. Cada vez que en Instagram preguntamos ‘¿quién quiere que recemos?’, llegan mensajes sin parar”.
En los últimos meses, con el confinamiento y la crisis provocada por el coronavirus, les han llegado miles de mensajes, muchas peticiones de oración por los fallecidos durante esta pandemia. “Tenemos tres botes con diferentes de intenciones. Habrá unos 5.000 papelitos”.
Una familia de luto
Fuera del móvil y de las redes sociales la ‘familia Pompas’ sigue siendo una familia. Una familia donde las pantallas -curiosamente- pierden protagonismo para cederlo a momentos de verdad: una familia unida, que se quiere, donde hay oración, respeto y responsabilidad.
De la covid-19 se han salvado pocos. De tener que enfrentarse cara a cara con esta terrible situación. Como todas las familias de España y prácticamente del mundo, también han tenido que afrontar el confinamiento y los estragos que ha causado el virus.
Viven en una casa pequeña y con seis hijos -el pequeño es todavía un bebé-. Esto implica muchas cosas, como por ejemplo, que una familia numerosa requiere organización y la cuarentena llega sin avisar.
Durante el día a día normal, la ‘familia Pompas’ tienen una serie de rutinas. Una de ellas es hacer unos días de vacío de despensa. Terminar la comida que tienen, para después ir a comprar más. El confinamiento llega a España precisamente en uno de esos días. De repente Pachu y Rubén se plantan en un supermercado prácticamente vacío de productos y lleno de personas, sin casi comida en casa. Pachu se echa a llorar.
Aún así “empezamos con muchísimas ganas, apuntamos en una lista mil manualidades, ejercicios… y la pusimos en la nevera. Aunque a día de hoy, todavía no hemos hecho nada”, comenta a Aleteia.
El día 11 de marzo “nos encerramos con los niños” sin saber cuándo iban a poder volver a salir. Por delante tenían un confinamiento impredecible, una familia con seis hijos que cuidar y alimentar en una casa pequeña y en un país en caos.
Un país y una sociedad que no para de lanzar mensajes positivos. Se hace viral un arcoiris que proviene de Italia, con la frase ‘todo va a salir bien’. Pero no fue así. Unos pocos días después de encerrarse en casa, precisamente el día de San José, casi de un día para otro “fallece mi padre”.
Si es difícil para todos lidiar con esta situación, la cosa no había hecho más que empeorar. “Por la mañana les dimos la noticia a mis hijos. El que peor lo pasó fue Mateo, el pequeño, entonces había que trabajarlo con naturalidad, día a día. Las dos primeras semanas fueron muy duras”.
Pachu y Rubén no mienten a sus hijos, y trabajan como pueden esta tragedia, con serenidad y confianza. Hace escasos días, la familia Pompas pudo volver a ir a casa de los abuelos. Una experiencia emocionante para Pachu por poder volver a ver a du madre. Pero también dolorosa al volver a ver esa silla de ruedas… pero no al abuelo.
Confía
En mitad de toda esta crisis, uno de sus post haciendo una reflexión sobre la situación que vivimos se viraliza. En la foto aparecen sus hijos de espaldas ante un arcoiris pintado en la ventana.
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Pachu comenta a Aleteia: “Cuando empezó todo, me parecía súper bonito el símbolo del arcoiris con la frase ‘todo va a salir bien’. Esa esperanza de que va a salir todo bien, de que vamos a estar encerrados… pero bien”.
“Cuando a mi padre le ingresan le detectaron coronavirus y dura un día y medio. Mi padre fue de los primeros 500 que fallecieron en España. En ese momento nos dimos cuenta de que algo estaba fallando. A los mayores les estaban dejando morir”.
Resulta que para Pachu las cosas ‘no salieron bien’, en medio de un montón de noticias y medidas confusas y de eslóganes positivos. “Cuando desde lo alto te están prometiendo el oro y el moro, pero no hay ni una pizca de oro, no puedes confiar en esa frase. Me he encerrado en casa con seis niños, no sabes por ejemplo lo que fue la primera vez que conseguí comprar una barra de pan. Lo estamos haciendo bien… pero no va a salir bien”.
Entonces Pachu cambia las tornas del juego: “Dije esa frase no mola. Yo confío en ‘el de arriba’ y confió en nosotros”. Pachu necesitaba dibujar ese arcoiris, pero representando algo bien distinto: “Es símbolo de alianza y para mí este arcoiris era una unión”.
El post empezó a compartirse por todas partes “y no sabes la cantidad de mensajes privados que nos llegaron de personas desahogándose por esta situación”.
“Me he caído muchas veces sin dejar que lo vieran los niños”, cuenta Pachu. Ha sido “un momento muy triste” para la ‘familia Pompas’.
Pero a pesar del dolor y de las dificultades, queda esa palabra en la ventana: ‘confía’. Una palabra que no es solo una palabra, sino un acto de fe en algo que está por encima de los errores y dramas que estamos viviendo. Es Alguien que ha estado con ellos este confinamiento, y también a lo largo de su vida: desde aquel Camino de Santiago, pasando por Torreciudad y El Pilar, hasta hoy.
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