El Padre Bachi, como se le decía popularmente, había sido reconocido meses atrás por el Papa Francisco en un video en el que lo definió como “el pionero de Villa Palito”. El Papa, le aseguraba en esa ocasión su oración ante la enfermedad. “En este momento la está peleando. La está peleando porque no está bien. Quiero decirles que estoy cerca de ustedes, que rezo por ustedes, que los acompaño en este momento. Todo el pueblo de Dios junto a sus curas enfermos. Es el momento de dar gracias a Dios por el testimonio de esos curas, pedirles por la salud y seguir adelante”, había pedido el Papa
El Papa saluda a curas villeros y reza por uno internado por COVID-19
El padre ‘Bachi’ había contraído la enfermedad en junio. “Este es el partido que yo decidí jugar, el de estar acompañando a la gente en estos momentos tan particulares y no quedarme en la comodidad de mi casa”, había dicho después de conocer el diagnóstico. Es que el cura, pese a padecer enfermedades de base como diabetes e hipertensión, salía a atender las necesidades de su comunidad. A poco de ser internado, fue trasladado a Terapia Intensiva. Rápidamente, se inició una cadena de oración por su recuperación que de la mano de sus hermanos sacerdotes de la pastoral de las Villas y del Papa Francisco, trascendió las fronteras de su barrio.
Era su barrio. Había nacido en Villarrica, Paraguay, en 1968, hijo de un zapatero y de una empleada doméstica. En 1971 arribó a la Argentina, y al poco tiempo, con su familia, se mudó a Villa Palito. Ingresó al seminario, y fue ordenado sacerdote en 1997. A los dos años, le fue encomendada la parroquia de su barrio. Era su barrio.
En él, protagonizó un maravilloso ejemplo de superación comunitaria. Es que el caso de la Villa Palito es un ejemplo de urbanización y superación de la extrema vulnerabilidad. Formalmente, ya se conoce como Barrio Almafuerte. Se trata de un predio de 40 hectáreas en San Justo, con más de 10 mil habitantes, en las que más de mil casillas fueron convertidas en los últimos años a casas sólidas de material. Desde la parroquia, motorizó trabajo conjunto de vecinos, organizaciones y Estado.
“Hoy nuestra parroquia está de luto. Con mucho dolor te despedimos. Fuiste, sos y serás lo mejor que nos regaló la vida. Te amamos hasta el infinito. Hasta siempre al papá de todos”, le escribieron en su muro de Facebook, en el que cotidianamente daban cuenta de los partes médicos.
En una Argentina donde todo se discute y donde sobre todo se polariza, llama la atención que figuras políticas antagónicas coincidan en algo. La vicegobernadora Verónica Magario, ex intendente de La Matanza, y la ex gobernadora María Eugenia Vidal se encuentran en las antípodas ideológicas y partidarias. Pero ambas dedicaron casi de inmediato un mensaje de reconocimiento y afecto al Padre Bachi.
“Te recordaremos por tu inmensa obra en nuestra Provincia, trabajador incansable por la comunidad. Gracias por tu dedicación, y la ayuda que le brindaste a las y los matanceros. Que en Paz descanses”, escribió Magario, del partido gobernante, ex intendenta de La Matanza. “Esta mañana se fue un ángel. El COVID-19 se llevó al Padre Bachi. Lo conocí poniéndole el cuerpo y el alma a la pobreza en barrios de La Matanza. En silencio, con un amor infinito, siempre con una sonrisa y un mate en la mano. Recibiendo la vida como viene. Gracias Bachi por todo lo enseñado. ¡Te vamos a extrañar siempre!”, afirmó Vidal, de Cambiemos.
“Señor, sueño por morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos”, decía de los pobres el Padre Mujica, cura villero asesinado en la década del 70 y muy recordado por la Pastoral de las Villas. El padre Bachi vivió para los pobres. Murió víctima del coronavirus por estar con ellos.
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