Iglesia San Silvestro in Capite, aquí se encontraría la cabeza de Juan el bautista

Sabemos que Roma esconde verdaderos tesoros para la cristiandad a cada paso que se le recorre, como esta “sencilla” iglesia que pasa desapercibida entre los grandes negocios de moda, en el centro de la ciudad.

Hablamos de San Silvestro in Capite, dedicada al papa del mismo nombre que la domina y llamada también in “capite” (cabeza), porque allí se encuentra una reliquia muy venerada: la cabeza de san Juan Bautista.

Fue construida sobre los restos del “Templo del sol”, templo edificado por Aureliano en 273 d.C. El edificio constaba de dos grandes patios porticados, conectados entre sí por una sala cuadrangular. En las arcadas se guardaba la “vina fiscalía”, el vino destinado a distribuciones gratuitas.

En la fachada podemos ver cuatro estatuas la de los santos Silvestre, Esteban, Francisco y Clara, (porque en un momento la iglesia perteneció a las clarisas) y  la representación en relieve de la cabeza de San Juan Bautista.

Apenas pasamos el portón de entrada, nos recibe un patio aparte de ser muy acogedor está lleno de preciosas referencias antiguas, medievales y renacentistas, como diferentes lápidas romanas, una placa medieval que enumera la fiesta de los santos cuyas reliquias se guardan en el interior de la iglesia, y cuatros columnas que posiblemente hayan sido restos del templo del sol.

Pero no todas las placas son antiguas, hay una mucho más reciente dedicada a tres sacerdotes y dos seminaristas palotinos “desaparecidos” en la época del régimen militar en Argentina.

Los padres palotinos son quienes actualmente están a cargo de la iglesia, y que gentilmente nos abrieron las puertas para mostrarnos algunas reliquias guardadas celosamente como la reliquia (cráneo) de san Silvestre, papa muy importante que junto a santa Elena, edificaron varias iglesias importantes en Roma, después del edicto de Milán.

Apenas entrando en la iglesia, en el lado izquierdo se encuentra una puerta que lleva a una pequeña sala dónde se venera desde el siglo XII, la que es considerada auténtica cabeza de Juan el Bautista, o más bien el cráneo sin la mandíbula, porque la “sagrada mandíbula” o una de las veinte mandíbulas se encuentra en la ciudad de Viterbo no muy lejos de Roma.

Durante siglos, el cráneo fue expuesto en una simple caja de vidrio con la siguiente inscripción: “Caput Sti. Joannis Baptistae Praecursoris Domini”, hasta que en el 2012 le construyeron un lujoso relicario y le agregaron al cráneo una mandíbula de bronce.

Además de la cabeza de San Juan Bautista, en esta iglesia estuvo presente otra reliquia muy importante: la imagen milagrosa del rostro de Cristo llamada de Edesa, imagen acherotípica, o sea, no pintada por el hombre. Fue conservada en esta iglesia desde el siglo XIII y trasladada por el Papa al Vaticano en 1869 antes de que el ejército de Saboya entrara en Roma por la brecha de Porta Pia.

La copia de esta imagen se encuentra apoyada en el monumental altar mayor a forma de arco triunfal que fue proyectada por Miguel Ángel.

También se cree que entre las tantas reliquias conservadas en esta iglesia, se encuentra la de san Tarsicio, el niño mártir romano que murió por defender la eucaristía.

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