Con la perspectiva de que, aquí en Estados Unidos y en otros países, la mayoría de escuelas retomen durante el próximo curso la enseñanza a distancia o semipresencial por culpa de la pandemia del coronavirus, tanto padres como profesores se devanan los sesos para intentar asegurar que la educación de los niños no se vea perjudicada.
Seguramente habrá asignaturas que se queden por el camino, como educación artística, música y teatro. La educación física a menudo queda agrupada con estas asignaturas al ser considerada generalmente (y erróneamente) la menos importante de ellas. Sin embargo, lo cierto es que el aprendizaje en general del niño se verá seriamente perjudicado si no realiza una actividad física regular e intensa.
De modo que, ya que es poco probable que la enseñanza remota de educación física forme parte del posible programa de educación a distancia, dar prioridad al ejercicio es sin duda alguna lo más importante que pueden hacer ayudar a sus hijos a prosperar en su aprendizaje.
Por eso Aleteia, en su intento de ayudar a las familias, les ofrece una sencilla guía sobre por qué, cuándo y cómo hacer de la educación física una prioridad en la educación de los niños durante esta pandemia.
¿Por qué? : Es crucial para el desarrollo de su cerebro
A estas alturas, la mayoría ya estamos familiarizados con la relación entre el ejercicio y la salud mental, en concreto con la forma en que el ejercicio regula nuestras emociones a través de sus efectos sobre la dopamina y la serotonina, dos neurotransmisores claves. El ejercicio estimula y equilibra estos neurotransmisores, que son responsables de transferir las señales a través de las sinapsis neuronales en el cerebro.
No obstante, el aprendizaje requiere algo más que una mera transmisión de señales. Para aprender, nuestro cerebro debe fortalecer la afinidad entre las neuronas mismas. Las neuronas son como un árbol con sinapsis en vez de ramas. Cuanta más actividad hay en las sinapsis, más fuerte es la atracción y más fácil es que la señal se dispare y realice la conexión. Si los disparos continúan, los genes dentro de los núcleos empiezan tanto a construir nuevas sinapsis como a crear nuevas neuronas.
Sin embargo, los genes no pueden construir cosas partiendo de nada. Necesitan una proteína específica denominada factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC. El FNDC construye y mantiene la estructura del propio cerebro, al tiempo que fomenta el crecimiento nuevo y la protección de las sinapsis neuronales. Pero el FNDC no flota libremente por nuestro cerebro esperando a construir.
De hecho, nuestro cuerpo produce FNDC durante el ejercicio, en especial durante el ejercicio vigoroso, cuando nuestro ritmo cardiaco alcanza el 80-90 % de nuestra capacidad cardiovascular máxima. A mayor intensidad de entrenamiento, mayor ritmo cardíaco, mayor estímulo de FNDC y mayor capacidad de nuestro cerebro para aprender y recordar. En pocas palabras, es prácticamente imposible aprender y recordar conocimientos en un estado sedentario. El ejercicio es como un superpoder. Literalmente llena el cerebro humano de fertilizante.
¿Cuándo? : La hora cero
El FNDC se produce durante la actividad física, pero se libera en el cerebro durante el sueño profundo REM para fortalecer las estructuras neuronales y proteger la sinapsis. Básicamente, el sueño fija lo aprendido durante el día y limpia la memoria a corto plazo, dejando el cerebro más que refrescado: por la mañana, tu cerebro será más neuroplástico (¡y fantástico!).
Por esta razón, empezar el día con una actividad física vigorosa es la mejor manera posible de allanar el camino para el aprendizaje, porque estimula la producción tanto de FNDC como de neurotransmisores durante las principales horas de neuroplasticidad. No os preocupéis por comer primero, a no ser que entrenar con el estómago vacío siente mal a vuestros hijos. ¡Hay abundantes beneficios adicionales en hacer ejercicio en ayunas!
Eso sí, estad preparados para nutrir los cuerpos y cerebros de vuestros con proteínas, grasas saludables y carbohidratos directamente después. Y, para maximizar los beneficios de la educación física en la hora cero, los niños deberían empezar a trabajar en la asignatura más difícil lo antes posible. Sí, sé que estarán sudorosos y apestosos, pero merecerá la pena.
Y mirad el lado bueno: hacer ejercicio al aire libre (¡mamás y papás también!) a primera hora de la mañana significa que os quitaréis de en medio la educación física mucho antes de las horas calurosas del final de este verano.
¿Cómo y qué? : Cualquier cosa que acelere el corazón
De modo que, ¿cómo exactamente se implementa la magia de la educación física en hora cero para el crecimiento cerebral? Pues aquí viene lo divertido: ¡como os dé la gana! Si a vuestros hijos les gusta correr, que corran. Pero si detestan correr, abrid otras posibilidades. Probad con la bicicleta, con el remo, con el baile… Recordad que el objetivo es aumentar la frecuencia cardiaca y mantenerla alta, así que actividades tradicionales de educación física como el balón prisionero o practicar el swing de tenis no serán suficientes.
Si vuestros hijos son resistentes, una buena opción es gamificar la educación física empleando monitores de frecuencia cardíaca. Cread un concurso familiar y buscad algún tipo de incentivo para la frecuencia cardíaca más alta del día.
Si los monitores cardíacos no son una opción para vuestra familia, tened en mente que los niveles reales de esfuerzo a menudo no coinciden con nuestra tasa de esfuerzo percibida. Con frecuencia, los niños más lentos en terminar una carrera son los que han trabajado más duro, así que resistid la tentación de juzgar el ritmo cardíaco en base al rendimiento.
En vez de eso, probad con métodos menos subjetivos como el test de las cinco palabras. Si vuestros hijos pueden decir cinco palabras, es poco probable que su frecuencia cardíaca esté cerca de la capacidad máxima, así que animadles a hacer un mayor esfuerzo. Por otro lado, si están sin aliento y apenas pueden hablar, lo están haciendo bien. Alabad con creces su trabajo y aseguradles que terminar con la lengua fuera NO es un reflejo negativo de su aptitud física, sino la señal de que han alcanzado con éxito su objetivo de entrenamiento.
Y quién sabe, quizás dar prioridad a la educación física de vuestros hijos este otoño tenga un efecto dominó sobre toda la familia. Quizás terminéis decidiendo hacer alguna locura, como apuntar a toda la familia a clases de taekwondo o a una carrera. Sí os da por ahí, ¡vamos a quedar, porque sois mi tipo de gente!
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