1. Oración
Según el Arzobispo de Piura y Tumbes (Perú), Mons. José Antonio Eguren, el primer rasgo de la patrona de Perú, América y las Filipinas fue “su profunda vida de oración, oración entendida como un dirigirse interiormente al Señor, como un estar en su luz para dejarse encender por el fuego santo del amor divino y así poder irradiarlo después a los demás”.
2. Amor por los pobres
“En segundo lugar, Santa Rosa se distinguió por su amor preferencial por los pobres. Puesto que ella ama a Cristo, el despreciado, el doliente, Aquél que por nosotros se hizo pobre, ella también ama a los más vulnerables que llegaron a ser sus hermanos más cercanos y queridos”, dijo el Prelado.
3. Ardor por la misión
Un tercer rasgo de Santa Rosa, continuó el prelado, fue “su ardor por la misión”, ya que “Santa Rosa ardía en deseos de ir por las calles de todo el mundo para conducir a todas las personas hacia el Señor Jesús, el Reconciliador”.
4.- Amor por la Iglesia
Mons. Eguren explicó que, “creyendo en el Señor, Santa Rosa también creía en la Iglesia, se adhería firme y totalmente a las verdades de la fe y vivía con verdadero gozo espiritual los sacramentos, sobre todo la Eucaristía”.
“Su profunda fe en el Señor se veía sobre todo manifestada en los momentos de cruz y de prueba”, agregó.
5. Alegría
Otro rasgo de su santidad “consistía en realizar su trabajo cotidiano con alegría y en actitud de ofrecimiento al Señor, ya sea en las labores cotidianas del hogar, en la cocina, el cuidado de sus hermanos menores, en la costura y el bordado, en la atención a sus padres cuando éstos envejecieron, y en el cuidado de los enfermos menesterosos y de los esclavos negros”.
Santa Rosa, dijo el Prelado, “era una mujer y una santa muy alegre lo cual lo manifestaba en las poesías y en las canciones que componía y cantaba, como villancicos y otros cantos de alabanza al Señor, así como en los instrumentos musicales que tocaba con frecuencia como la vihuela que era una especie de guitarra de su época. Santa Rosa era una mujer alegre y de espíritu jovial, más extrovertida que introvertida”.
6. Piedad filial a la Virgen María
El Arzobispo de Piura destacó también que un “rasgo esencial de su santidad fue su profunda piedad filial a Santa María. Por eso el día en que fue confirmada, nada menos que por Santo Toribio de Mogrovejo, ella unió a su nombre de ‘Rosa’ el de ‘Santa María’".
“Pruebas de su profundo fervor mariano fue su devoción a la Virgen del Rosario que hasta nuestros días se venera en el Convento de Santo Domingo en Lima, y su testimonio de que el Señor le hacía muchos favores a través de esta imagen y devoción de la Virgen María”, dijo el arzobispo.
7. Humildad
El arzobispo indicó que “un último atributo de su santidad a destacar fue su humildad y sencillez, la que vivía en su obediencia a sus padres, y entregando todas las ganancias de su trabajo a su familia, a la Iglesia y a sus pobres”.
“Fue una mujer muy paciente, jamás hubo en ella rasgos de rebeldía alguna, y cuando la maltrataban no devolvía jamás el insulto”, remarcó.
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