Así lo indicó el Santo Padre en un reciente mensaje dirigido a un grupo de obispos italianos que se reunieron en la Diócesis de Benevento.
El 30 y 31 de agosto se realizó un evento para relanzar la pastoral en los lugares que “más se enfrentan a la marginación, la despoblación y la crisis económica”.
Este encuentro fue promovido por el Arzobispo de Benevento, Mons. Felice Accrocca, y asistieron más de 20 obispos procedentes de Diócesis en diez regiones italianas: Piemonte, Umbria, Lazio, Abruzzo, Molise, Campania, Puglia, Basilicata, Calabria y Sicilia
En la misiva, el Papa los alentó a no dejarse “paralizar por las dificultades, sino a estar siempre en movimiento” y les pidió “estén siempre abiertos y disponibles para los demás”.
El Santo Padre reconoció que el tiempo actual “se caracteriza por el individualismo y la indiferencia, que lleva a la soledad y al descarte de tantas vidas”, por lo que la “respuesta cristiana no está en el reconocimiento resignado de la pobreza de valores de hoy, en el lamento nostálgico del pasado, sino en la caridad que, animada por la esperanza, sabe mirar el hoy con ternura y con humildad que hace nuevas todas las cosas”.
Por su parte, el secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Mons. Stefano Russo, señaló en su saludo de apertura que “en la Iglesia no hay comunidades de primera o de segunda clase, y que cada una está llamada a cumplir plenamente su misión porque ninguna puede pretender prescindir de la otra”.
Por ello, Mons. Russo citó las palabras del Papa en la encíclica Laudato Si’ para destacar que “cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad”.
En este sentido, el Prelado concluyó con un proverbio africano que describe que “si quieres ir rápido, corre solo. Si quieres llegar lejos, ve con otro”, y lo relacionó al reciente camino sinodal que la Iglesia italiana está por comenzar.
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