“Gracias a todos los bolivianos que se unen en oración por la liberación de todos los presos políticos en el país. Nuevamente, solo Dios nos va liberar de la opresión. Gracias por acompañar a Carolina. Desde mi encierro estaré en oración”.
Con estas líneas, reproducidas en medios como El Deber, se expresó Jeanine Áñez, la expresidenta interina de Bolivia que permanece detenida en una cárcel de forma preventiva.
La detención de Áñez en el departamento de Beni, junto a otros exministros, se dio el sábado 13 de marzo aludiendo a los delitos de “terrorismo, sedición y conspiración”. Esto en referencia a lo acontecido a finales de 2019 y los hechos que derivaron en la renuncia del expresidente Evo Morales.
La encargada de mostrar este mensaje fue su hija Carolina, quien acompañó el mensaje junto con un video en el que hacía también referencia a una jornada de oración que se hizo en Santa Cruz.
Áñez y la falta de “piedad”
En la misma jornada en que se hacían públicas estas palabras de Áñez quienes también se pronunciaron fueron los obispos de Bolivia. Lo hicieron a través de un comunicado titulado «Justicia y vida digna». Se trató del primero tras una serie de episodios que hacían referencia a la situación de la expresidenta (con algunas versiones que hasta hacían referencia a intentos de autolesiones).
“En referencia al caso de la Sra. Jeanine Áñez, expresidente de Bolivia, su situación es especialmente preocupante por la evidente conculcación de su derecho a defenderse en libertad y al debido proceso, además del trato falto de piedad recibido”, indicaron los obispos sobre el caso Áñez.
“No se puede seguir ignorando los derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución y pasar por alto el principio de presunción de inocencia; menos aún, usarlo arbitrariamente”, prosiguieron.
“Todos tienen el derecho al respeto de su dignidad y su vida, incluso quienes están cumpliendo una pena aplicada de modo justo”, agregaron.
Derechos humanos y manipulación de justicia
El mensaje de la Iglesia de Bolivia fue más allá del caso puntual de Áñez. A través de otros pasajes se hizo referencia a la situación de los derechos humanos, calificada de “deplorable” y a “la manipulación de la administración de la justicia”.
“Es de conocimiento público, el desconocimiento del conjunto de derechos y libertades en democracia, propio de un Estado de derecho, por parte del sistema judiciario que ha pasado a ser una herramienta de revancha en manos de los que detentan el poder, desconociendo la independencia de poderes, dañando gravemente la democracia y causando indefensión y sufrimientos en tantos ciudadanos”, expresaron los obispos en uno de los pasajes del comunicado.
“Ya no se puede postergar una verdadera reforma del sistema judicial que recupere la administración de la justicia transparente, imparcial e independiente; solo así se puede garantizar el estado de Derecho y la democracia, la dignidad de toda persona y el bien común, la unidad y el desarrollo verdadero y pleno de nuestra sociedad. Para eso, se requiere un amplio acuerdo nacional, en el que tengan representación todos los sectores políticos y sociales, con espíritu de diálogo, de paz y respeto mutuo”, manifestaron también (ver comunicado completo aquí).
Los obispos bolivianos finalizaron su pronunciamiento haciendo un llamado a la reconciliación y la paz.
El primer pronunciamiento y un documento
La Iglesia de Bolivia había hecho referencia anteriormente al caso de Áñez horas después de su detención. También había publicado un documento de 25 páginas, en el mes de junio. En ese entonces contó lo sucedido entre octubre de 2019 y enero de 2020, proceso que incluyó la salida de Morales del poder.
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