Cada día, en mi parroquia, rezamos también una oración que nos distribuyen a todos. Pensé en ti
Esta Pandemia ha cambiado muchas costumbres. Mi esposa Vida y yo ahora vamos a una parroquia cercana a nuestra casa. Nos agrada ir temprano a la primera misa. Es gratificante llegar y saber que estamos en la Casa de Dios y que en unos minutos veremos un Milagro patente, cuando un pedacito de pan se convierte en nuestro Salvador. Es algo de lo que no dejo de maravillarme.
Me gusta quedarme un rato en silencio, orando, pidiendo por ti, amable lector, y las necesidades del mundo. ¿Serías tan amable de rezar por nosotros en Aleteia? Nos sostiene la fuerza de la oración.
No debemos dejar la oración en este tiempo
Cada vez que voy a misa agradezco a Dios la oportunidad que me da de estar allí. Sé de tantos que no la tienen. En mi país, como el tuyo, hay muchas personas hospitalizadas y algunos en Cuidados Intensivos. Esto es una tragedia. Pero no debemos dejar la oración. Hay que confiar en Dios y su Divina Providencia. Y persistir orando.
En el ofrecimiento de la Eucaristía siempre pedimos por ellos, para que Dios los fortalezca y los sane pronto y puedan volver a sus hogares con sus hijos, padres, madres, abuelos.
Patrono de la Iglesia Universal
Estamos en el Año de san José, Patrono de la Iglesia Universal, y nos han concedido con esta celebración el “don de indulgencias especiales».
Hemos leído que el Pontífice, el papa Francisco, reza a diario una oración fervorosa al buen san José, expresando su confianza, pidiendo sus auxilios y termina con estas palabras:
“Que no se diga que te haya invocado en vano,
muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder”.
Al terminar la Misa cada día en mi parroquia, rezamos también una oración a san José, que nos distribuyen a todos. Me gusta mucho rezarla y pedir a san José su ayuda.
El otro día mientras rezaba pensé en ti y los lectores de Aleteia.
―Les voy a compartir esta bella oración ―me dije.
Cópiala y llévala contigo para que puedas rezarla en diferentes circunstancias de la vida para que alcancemos una gracia en particular: La Humildad.
Oración a la humildad de san José
Enséñanos, José:
Cómo se es “no protagonista”.
Como se avanza sin pisotear.
Cómo se colabora sin imponerse.
Cómo se ama sin reclamar.
Dinos, José:
Cómo se vive siendo número dos.
Cómo se hacen las cosas fenomenales
desde un segundo puesto.
Explícanos, José:
Cómo se es grande sin exhibirse.
Cómo se lucha sin aplausos.
Cómo se avanza sin publicidad.
Cómo se envejece y se muere sin esperar un homenaje.
Amén.
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