Las normas transitorias aprobadas hoy tendrán una vigencia de un año y suponen un recorte importante en los gastos, así como una mayor centralización de la gestión financiera, y una cesión de competencias a la Fábrica de San Pedro, que se encarga de la administración de la Basílica.
Según lo dispuesto en las normas aprobadas por el Santo Padre, “el Capítulo de la Basílica Papal de San Pedro del Vaticano está constituido por un colegio de sacerdotes nombrados por el Santo Padre en el papel de canónigos”.
Estos sacerdotes están llamados a prestar “servicio de animación litúrgica y pastoral en la Basílica de San Pedro”.
Sin embargo, según lo dispuesto en las nuevas normas, los canónigos “recibirán un sueldo capitular no acumulable con otras comisiones u otras retribuciones por servicios prestados en la Curia Romana y en otras instituciones vinculadas a la Santa Sede”.
Al igual que los canónigos, las normas establecen también que los coadjutores del Capítulo solo podrán recibir un sueldo y no podrán acumularlo con otros sueldos por otros trabajos realizados en la Curia.
Los coadjutores “son nombrados por el Santo Padre y prestan su labor en las celebraciones litúrgicas, en las obras pastorales y en otras misiones que pueden serles confiadas por el Arcipreste junto con el Capítulo”.
En el punto tercero de las nomas se señala que “la administración y la gestión de las actividades económicas ligadas al Museo del Tesoro y a la venta de objetos religiosos se le confiará a la Fábrica de San Pedro, que pasará a asumir todo el personal dependiente del Capítulo”.
Sin embargo, “el Capítulo conserva y administra el patrimonio inmobiliario y financiero actualmente en su posesión y los réditos correspondientes”.
Según se explica en un artículo publicado en ACI Stampa, agencia en italiano del grupo ACI, ese patrimonio está formado por diferentes donaciones al Papa a lo largo de los siglos, entre los que se incluyen terrenos y propiedades inmobiliarias tanto dentro como fuera de Roma.
Por último, “los sueldos de los canónigos y coadjutores en servicio serán proporcionados por la Fábrica”.
El Capítulo de San Pedro se estableció en el año 1043 durante el Pontificado de San Leone IX con la función de garantizar un servicio regular de oración en San Pedro. Durante sus primeros años, también era su función apoyar al Papa en la gestión de los bienes del patrimonio de San Pedro.
El Capítulo lo preside el arcipreste de la Basílica de San Pedro y está compuesto por él, por el vicario del Capítulo y por 34 miembros.
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