En medio del concurso hubo también el recuerdo de una anécdota especial. En este caso a una situación que se dio en 2015 y que tiene que ver con un iPad utilizado por el papa Francisco donado a la institución. El mismo, recuerdan algunas reseñas como la de MercoPress, había sido un aparato regalado por el Papa al sacerdote uruguayo Gonzalo Aemilius, quien fuera nombrado en 2020 su secretario particular y exdirector del Colegio Jubilar Juan Pablo II, durante una visita al Vaticano en 2013.
“Lo mandamos a una casa de remate, le pusimos una base muy alta. Nos dijeron que era imposible. Lo pusimos y lo vendimos. Lo compró una persona extranjera por teléfono”, contó Elena.
Aquella donación sirvió para consolidar un proyecto con foco en las personas más necesitadas de esa zona del país e inspirado también en la experiencia del Jubilar (Montevideo).
Liceo Francisco
“Somos el primer centro educativo de tiempo completo, católico, gratuito y de gestión privada del interior de Uruguay”, se indica en la web del liceo Francisco. Palabras que sirven para entender la misión y origen de un centro educativo de raíces católicas, que al igual que ha hecho el Jubilar en Montevideo, pretende eliminar las brechas de aprendizaje existentes en los adolescentes.
Efectivamente, el liceo Francisco, sin fines de lucro y financiado gracias a donaciones, atiende a chicos de barrios como Curupí, Purificación 3, Barrio Norte, Autobalsa y Las Brisas. Además de cursar asignaturas de educación Secundaria, los alumnos participan de talleres que los ayudan a lograr una superación.
El 21 de marzo de 2015 fue el día en que la primera generación del liceo pudo comenzar sus actividades. Esto antes de grandes esfuerzos y trabajo, entre ellos los anhelos de Mónica y Elena, además del de muchas otras personas.
“Soñamos en que llegue un día en nuestras vidas en que todos los chicos tengan accesos a una educación de calidad y vamos a seguir trabajando sin descanso para impulsar las posibilidades del mañana”, también se indica acerca de un proyecto que sigue consolidando ese noble sueño y que tiene el nombre del actual papa Francisco.
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