Una monarca que ha luchado durante décadas por mantener la unidad tanto de su reino como la de su familia
No nació para ello, pero la abdicación de su tío Eduardo cambiaría su vida para siempre y ella, desde muy niña, aceptó el rol que le fue conferido con todas sus implicaciones y sacrificios.
La imagen de ella sentada sola (por la pandemia) en el funeral de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, nos recordó también a la mujer que no sólo es monarca, sino también viuda (fueron más de 73 años de casados), madre de cuatro hijos (que le han dado alegrías y preocupaciones como a cualquier mamá), abuela de ocho y bisabuela de diez niños.
Sin duda, una mujer que no para de luchar por mantener tanto a un reino como a su propia familia unida.
Amante de los perros
Cuando era niña, vio a un perro de raza Corgi y, desde entonces, quedó encantada con ellos. Su padre, el rey Jorge VI, compró el primer Corgi de la familia real en 1933 y lo llamaron Dookie. Desde entonces, y a lo largo de toda su vida, la reina ha tenido más de 30 perros, los cuales pasea fielmente por los jardines de sus diferentes residencias. Incluso, llevó a su perrita Susan (que se la regalaron cuando cumplió 18 años) a su luna de miel.
Pagó su vestido de novia con cupones
Como se casó en tiempos de post-guerra, quiso reflejar los tiempos de austeridad que se estaban viviendo. En Inglaterra, había un sistema de cupones como parte de un plan de racionamiento (una asignación gubernamental de recursos limitados y bienes de consumo), así que la reina usó sus cupones para comprar los materiales de su vestido. Muchas mujeres, sabiendo que no le iba a alcanzar para un vestido digno de una monarca, le comenzaron a enviar de sus cupones. La monarca los devolvió todos y el gobierno le asignó un presupuesto adicional.
Servicio en la guerra
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939, quiso ayudar de alguna manera de inmediato. Pero sólo tenía 13 años, así que ir al frente no era una opción. Entonces decidió mandar varios mensajes por la radio para levantar el ánimo y la moral de los niños en casa, así como para darle fuerza a los soldados que la escuchasen. Al cumplir 18 años, casi al final de la guerra y sin importarle los riesgos, se unió al Servicio Auxiliar Terrestre femenino y se entrenó como mecánica y conductora de camiones.
Reuniones con el Papa
Aunque la reina Isabel II es la cabeza de la iglesia de Inglaterra (anglicanismo), siempre ha mantenido una relación cordial con los diferentes Papas de la iglesia católica, asegurando una pacífica comunión entre las distintas creencias. A lo largo de su vida, la monarca ha conocido personalmente a cinco Papas: el primero fue Pío XII en 1951, un año antes de ascender al trono; luego al Papa Juan XXIII; posteriormente al Papa Juan Pablo II; al Papa Benedicto XVI; y, finalmente, al Papa Francisco. Cuando ha ido al Vaticano, la reina ha cumplido con el protocolo de vestir de negro, ya que no es una monarca católica (las únicas a las que se le permite vestir de blanco como el Pontífice).
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Tiene dos cumpleaños
Aunque nació el 21 de abril de 1926, también celebra su cumpleaños el segundo sábado de junio. Esta “tradición” la implantó el rey Jorge II en 1748, quien había nacido en noviembre, pero como en ese mes las condiciones climáticas no eran propicias para desfiles al aire libre, estableció que el cumpleaños de los monarcas se celebrara oficialmente en junio, cuando se realiza el famoso desfile militar Trooping the Colour (desfile del estandarte). El día de su nacimiento, la reina festeja en la intimidad familiar.
Enseñada en casa
A diferencia de sus hijos y nietos, la entonces princesa Isabel nunca fue al colegio. Toda su instrucción fue en casa con profesores privados.
Primera coronación televisada
Antiguamente, la coronación de los monarcas ingleses era un acto privado y reservado exclusivamente para la alta sociedad. Sin embargo, su esposo, el Duque de Edimburgo, la convenció que lo televisara, permitiéndole a todo el pueblo inglés que lo viera, sin distinción de clases. Aún en contra de la voluntad del primer ministro Winston Churchill, la reina accedió.
Aficionada de la jardinería
A la soberana inglesa le encanta estar al aire libre y por eso disfruta mucho de sus vacaciones en Escocia, donde hace picnics con su familia. Además, es una apasionada de la jardinería. Ella misma ha plantado muchos de sus árboles y flores. También le encanta tomar su té de la tarde en el jardín. Su amor por la naturaleza también se lo ha traspasado a sus hijos, especialmente Carlos, quien ha escrito libros sobre el tema y está muy involucrado en investigaciones y avances relacionados con la sustentabilidad en el medio ambiente.
Un cambio por su esposo
Los hijos de los monarcas ingleses acostumbran a heredar el apellido de su Casa Real. Desde 1917, es Windsor. Sin embargo, el Duque de Edimburgo le pidió a su esposa y reina que sus hijos pudieran llevar su apellido porque era muy importante para él (como sucede con la mayoría de los padres alrededor del mundo, a excepción de países como Brasil donde el primer apellido que se coloca es el de la madre). En 1960, Isabel II hizo el cambio y sus descendientes ahora pueden llevar el apellido Mountbatten-Windsor. La primera vez que salió escrito en un documento oficial, fue en el acta de matrimonio de la Princesa Ana en 1973.
La más longeva
Es la monarca (mujer u hombre) que más años ha reinado en Inglaterra. Más de 70 años al servicio del pueblo inglés.
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