“Recemos para que los pequeños y medianos empresarios, duramente afectados por la crisis económica y social, encuentren los medios necesarios para continuar su actividad al servicio de las comunidades en las que viven”, pidió el Santo Padre.
El pasado mes de enero, el Papa Francisco recordó ante un grupo de empresarios italianos que “la verdadera riqueza son las personas: sin ellas no hay comunidad de trabajo, ni empresa, ni economía”.
Además, defendió que “trabajar con seguridad permite a todos expresar lo mejor de sí mismos mientras se ganan el pan de cada día. Cuanto más cuidemos la dignidad del trabajo, más seguro estaremos de que la calidad y la belleza del trabajo realizado aumenten”, afirmó el Papa.
Asimismo, en el día en que la Iglesia celebra la fiesta de San José Obrero, patrono de los trabajadores, el Papa pidió que “del mundo del trabajo venga la voluntad de hacer crecer una economía de paz”.
También recordó a “los operarios fallecidos en el trabajo: una tragedia muy difundida, tal vez demasiado”, lamentó.
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