El Obispo de Matagalpa fue condenado en febrero a 26 años y 4 meses de cárcel, acusado por el régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo de “traición a la patria”.
En los últimos días, el Prelado había abandonado la cárcel de torturas “La Modelo” y se especulaba sobre su salida del país. Sin embargo, las negociaciones fracasaron y fue devuelto a la prisión el pasado 5 de julio.
Uno de quienes se unió a la jornada de oración por el también Administrador Apostólico de Estelí fue Mons. Silvio Báez, Obispo Auxiliar de Managua, quien desde el exilio en Estados Unidos rezó por Mons. Rolando Álvarez.
En la Misa dominical que celebró en la iglesia Santa Agatha en Miami, el Prelado nicaragüense expresó: “Hoy inicia la jornada mundial de oración por un sucesor de los Apóstoles, que está privado injustamente de su libertad, Mons. Rolando José Álvarez Lagos, hermano obispo nicaragüense, de Matagalpa, víctima de la sangrienta y cruel dictadura asesina sandinista de Nicaragua”.
“Quiero que en este momento nos unamos a toda la gente que está rezando en redes sociales, en los altarcitos que hicieron en sus casas, en distintas parroquias y capillas y en lugares de oración. Esto es como una siembra y ahora lo que vamos a sembrar es nuestra fe, vamos a sembrar en el corazón de Dios nuestra oración pidiendo por este hermano nuestro, obispo, sucesor de los Apóstoles, que sufre la injusticia como víctima inocente por ser profeta de Dios”, continuó el Prelado.
“Hoy queremos encomendar en tus manos a tu hijo, tu siervo fiel, tu apóstol y profeta Rolando, obispo de Cristo. Está recluido en una inmunda cárcel por una dictadura criminal. ¡Señor, ten piedad de Rolando y ten piedad de su pueblo!”.
El Obispo Auxiliar de Managua rezó así: “Te pedimos, Señor, que hasta la celda donde él está llegue la fuerza de nuestra oración como una brisa suave, como un consuelo fuerte. Te pedimos para que le des salud, le des fortaleza y esperanza”.
“Sobre todo te pedimos para que muy pronto veamos el milagro que sólo de Ti puede venir: que Rolando sea liberado incondicionalmente y pueda volver como obispo en medio del pueblo que la Iglesia le ha confiado. Señor, creemos en Ti, creemos en el poder de la oración”, concluyó.
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