Las Misioneras Claretianas de María Inmaculada celebran estos días su Capítulo General Ordinario.
El Santo Padre comparó este acontecimiento con el pasaje de Emaús, donde los discípulos se encuentran con Jesús resucitado y entran “en comunión con Él”.
Para el Papa Francisco, este relato muestra los principales elementos del proceso sinodal en el que se encuentra la Iglesia: encuentro, participación, diálogo, comunión y misión.
Más tarde, el Pontífice destacó 3 elementos a partir del nombre de su Congregación: “Ustedes son marianas, misioneras y claretianas”, afirmó.
Explicó que, al ser marianas, el Inmaculado Corazón de María “las acompaña, les señala al Sagrado Corazón de su Hijo y les dice: ‘Hagan todo lo que Él les diga’”.
“Es curioso —continuó el Santo Padre—, la actitud del alma de María es siempre esta: señalar a Jesús. Esa es la misión de la Madre, señalar a Jesús”.
“Como misioneras, llevan el mensaje de Jesús allí donde son enviadas, con la confianza y la ternura de María, encarnando las palabras y los gestos del Señor para hacer presente en el mundo su Reino de amor”, señaló.
Y por último, destacó que son “claretianas, hijas de San Antonio María Claret; un santo pastor, misionero y fundador que intercede por ustedes y es el modelo al que siempre pueden mirar para aprender a cultivar la relación filial con María, la pasión por la evangelización y la audacia misionera”.
En esta línea, el Papa Francisco les invitó a profundizar “en sus raíces carismáticas, en esas tres notas congregacionales que las identifican, es el legado que han recibido y que están llamadas a transmitir a quienes las rodean, contagiándoles la alegría del Evangelio”.
“No tengan miedo de atravesar fronteras geográficas e incluso fronteras existenciales, como lo hizo el Padre Claret, para que todos conozcan el amor desbordante del Corazón de Dios. La Iglesia y el mundo de hoy necesitan con urgencia el testimonio fiel y valiente de sus vidas consagradas”, remarcó el Papa Francisco.
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