María Magdalena fue discípula de nuestro Señor Jesucristo, quien la eligió para ser testigo de su resurrección, incluso antes que los apóstoles. Ella recibió el encargo de testimoniar lo que había visto: la victoria del Maestro sobre la muerte.
Ese llamado particular de su discipulado hace de Santa María Magdalena un modelo para todo aquel que está llamado a evangelizar. Ella encarna la figura del que anuncia el mensaje gozoso y central de la Pascua: hay una nueva vida en Cristo.
El Papa Emérito Benedicto XVI en 2006 resumía con precisión cuán relevante es Santa María Magdalena para la vida cristiana: “La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.
Discípula firme y fielEl Evangelio está lleno de referencias a María Magdalena: como la pecadora (Lc. 7, 37-50); como una de las mujeres que seguían al Señor (Jn. 20, 10-18), como María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42). La liturgia romana identifica a las tres mujeres con el nombre de María Magdalena, de manera semejante a como lo hace la tradición occidental desde tiempos de San Gregorio Magno (siglo VI - inicios del siglo VII).
La Magdalena siguió a Jesús hasta el Calvario y estuvo ante su cuerpo yacente. En la mañana del domingo de Resurrección, fue la primera que vio a Cristo resucitado, en cuerpo glorioso. Como consecuencia, la Iglesia reconoce desde siempre la importancia que tiene en la vida del Salvador y en la experiencia de la primera comunidad cristiana. Así queda en evidencia en las narraciones del Evangelio.
"A quien poco se le perdona, poco amor muestra" (Lc 7, 47)Siempre que volvemos sobre esta santa es inevitable encontrarnos con el misterio de la misericordia infinita de Dios. Ella, sin Jesús, había hecho de su vida extravío y perdición -María llevaba el alma herida, y no sabía cuán valiosa era-.
Con el Señor, sucede todo lo contrario. Él le revela el sentido último de su vida y dignidad. Por eso, la conversión de María Magdalena es preclaro ejemplo del poder transformador del perdón y la gracia divina, capaz de dar una ‘nueva vida’, libres del poder del pecado y sus terribles consecuencias.
El perdón de Dios reconstruye lo que estaba roto, y permite que nazca un ‘hombre nuevo’, que viva y anuncie el Amor.
En la liturgia de hoyEl 10 de junio del 2016, el Cardenal Robert Sarah, entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, emitió un decreto en el que, siguiendo la voluntad del Papa Francisco, se estableció que ‘la memoria litúrgica de Santa María Magdalena’ quede elevada al rango de ‘fiesta’.
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Si quieres saber más sobre Santa María Magdalena, puedes leer este artículo de la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Santa_María_Magdalena.
Más información de María Magdalena en los siguientes enlaces:
Biografía Cuatro Menciones en los Evangelios Oración a Santa María Magdalena Santa María Magdalena en el Código Da Vinci Santa María Magdalena en la Enciclopedia Católica Especial de Santa María Magdalena
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