A través de un rescriptum ex audientia publicado este martes 25 de julio por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se comunica esta decisión del Santo Padre sobre las dos fundaciones vinculadas al Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral.
La Fundación Justicia y Paz fue creada por Benedicto XVI en 2007 y su principal función era “apoyar iniciativas destinadas a realizar obras humanitarias en los países en desarrollo para la promoción de las poblaciones pobres”. Además, colaboraba activamente en la causa de beatificación del Cardenal vietnamita.
Por su parte, la Fundación “El Buen Samaritano” fue creada por San Juan Pablo II el 12 de septiembre de 2004 para ayudar en la lucha contra enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis, especialmente en África.
El Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân nació en Hue, Vietnam, el 17 de abril de 1928. Fue Obispo de Nhatrang durante ocho años, y por unos meses Obispo coadjutor de Saigón. El 23 de abril de 1975 el ejército comunista tomó la ciudad de Saigón y se hizo con el control del Estado.
Tras la subida de los comunistas al poder, Mons. Van Thuân fue arrestado el 15 de agosto de 1975, día de la Asunción de la Virgen, acusado de formar parte de un complot entre el Vaticano y el imperialismo para organizar la lucha contra el régimen comunista.
Durante los años en que estuvo en prisión, el Obispo aprovechó para seguir el ejemplo de San Pablo y escribir cartas a los fieles. También suscitó el aprecio de sus captores, a quienes enseñaba idiomas.
Después de 13 años de cárcel, nueve de los cuales pasó en una celda de aislamiento, fue liberado y desterrado del país. Llegó a Roma y empezó a trabajar en la Curia Romana. En 1998 fue nombrado presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz.
En la Cuaresma del año 2000 fue invitado por San Juan Pablo II a predicar los ejercicios espirituales de la Curia del Vaticano. Cuando el Papa peregrino lo recibió en privado para felicitarlo por el retiro, el Arzobispo le dijo: “Hace 24 años estaba celebrando Misa con tres gotas de vino y una de agua en la palma de mi mano. Nunca hubiera pensado que el Santo Padre me recibiría de esta manera. ¡Qué grande es nuestro Señor, y qué grande es su amor!”.
En febrero de 2001 fue creado Cardenal por el Papa Wojtyla. Falleció el 16 de septiembre de 2002.
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