Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La Iglesia de Kazajistán y Asia Central ha cambiado poco estructuralmente en los últimos cinco años, pero pensamos que puede crecer un poco más. Todavía no sabemos cómo, pero tenemos el deseo y la esperanza de encontrar inspiración para la obra de evangelización. Al mismo tiempo, vivimos estos días con gran entusiasmo: creo que para cada uno de nosotros esta visita a la Santa Sede no debe ser un viaje administrativo, sino una peregrinación de espiritualidad y comunión", dijo a la Agencia Fides José Luís Mumbiela Sierra, obispo de Almaty, en ocasión de la visita ad Limina apostolorum de los obispos de Asia Central, que tiene lugar del 25 de febrero al 4 de marzo.
Mumbiela ilustró la situación de la Iglesia Católica en Kazajstán que, según datos de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, tiene 112.500 feligreses divididos en cuatro diócesis (Astana, Almaty, Karaganda, Administración Apostólica de Atyrau): "La vida cristiana continúa, continuamos nuestro camino de crecimiento. En la diócesis de Almaty, en este año 2019, tenemos por un lado la idea de crear nuevas parroquias, y por otro lado la idea de crear nuevos proyectos pastorales y caritativos. Además, este año nos dedicaremos al Sagrado Corazón de Jesús: será un momento de carácter espiritual, pero también de crecimiento formativo, que tendrá como objetivo conocer el corazón de Cristo para conocer cada vez mejor el corazón humano. En estas actividades contaremos con el apoyo de dos nuevos sacerdotes que llegarán en los próximos meses", explicó.
Los fieles de la diócesis de Almaty, además, serán apoyados en su camino también por modelos de santidad vinculados a la historia de la Iglesia local. Al respecto Mumbiela dijo: "Pedimos a un pintor kazajo que pintara un cuadro dedicado a los frailes menores franciscanos que murieron mártires en el siglo XIV en lo que hoy es la frontera entre Kazajstán y China: había una antigua diócesis, cuya sede está actualmente en territorio chino, pero que es un testimonio de la presencia histórica de los católicos en Kazajstán. Esto nos recuerda que nuestra fe no sólo está ligada a la llegada de alemanes y polacos durante el régimen soviético, sino que tiene sus raíces en la historia más antigua del país. Aunque estos franciscanos no hayan sido beatificados, con esta imagen, de la que también hemos hecho grabados para la devoción privada, queremos responder al deber de venerar, como niños, a los que han dado su vida por nuestra fe en esta tierra".
La presencia católica en Kazajistán está estrechamente ligada a las comunidades étnicas que llegaron al país con las deportaciones soviéticas, pero al mismo tiempo con el aumento del número de católicos locales. A este respecto, el obispo señaló: "Este año tenemos la intención de iniciar la catequesis sobre el anuncio cristiano en lengua kazaja. La lengua rusa está muy extendida en Kazajstán, por lo que hemos garantizado el servicio pastoral en esta lengua, pero ahora surge la necesidad de una proclamación cristiana en kazajo: veremos qué frutos puede aportar, pero es un signo importante para nuestra Iglesia local".
El gobierno kazajo tiene una política muy precisa sobre las religiones: "Hay algunas restricciones más que hace unos años, por miedo al fundamentalismo y al extremismo violento. Lo entendemos y por eso nos unimos a la búsqueda del bien común del país. La situación en la que vivimos es alegre, podemos trabajar con tranquilidad, ciertamente con algunos límites administrativos, que son para el bien de todos. Vivimos en serenidad la relación con otras religiones: pronto queremos entregar simbólicamente a los representantes de las diversas comunidades presentes en la nación el documento final de la visita del papa a Abu Dhabi. Es sólo un gesto de amistad, para fortalecer las buenas relaciones y el diálogo islámico-cristiano, pero a nivel público es una señal que puede valer más de mil predicaciones", concluyó monseñor.
(LF) (Agencia Fides 26/2/2019).
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