El Cardenal Blázquez animó a leer de nuevo el discurso de clausura de la Cumbre que pronunció el Papa Francisco en donde “tiene muchas llamadas de atención”, pero “también de reconocimiento porque no queremos defendernos de lo que no podemos defendernos”.
En ese sentido, el Presidente de la CEE subrayó que el discurso “fue dirigido a la Iglesia pero no dejó de hacer apelaciones a los gobernantes de los diversos países porque sí es un problema universal. No podemos poner el dedo acusador en solo uno de los lugares sino que todos estamos concernidos”.
El discurso de clausura del Papa, según el Cardenal Blázquez, “remite a una profundidad especial, también al misterio del mal, porque el abuso de los menores no es simplemente una cuestión de injusticia, sino que tiene que ver con el pecado y el misterio del mal”.
Sobre la importancia de escuchar a las víctimas el Purpurado afirmó que “algunos de los testimonios de las víctimas me hicieron llorar. ¡Qué abuso tan grande, durante años, tergiversando el mal que hacía como si [la víctima] fuera la culpable! Y un silencio cómplice que se volvía contra la víctima y que no la escuchaban, ni siquiera en su familia…”
“Queremos que los niños de todo el mundo encuentren protección y ayuda en nosotros, en la Iglesia”, aseguró el Purpurado quien también subrayó que “no es mirar solo a este frente [la Iglesia] sino a todos, nos encontramos ante un atropello tremendo y maligno de niños y niñas cuando todavía no han descubierto su sexualidad y son atropellados de esta forma en el ámbito de la familia, en el de la educación y en el de la Iglesia que quiere estar inequívocamente al lado de las víctimas, defendiéndolas, escuchándolas, acogiéndolas”
El Cardenal Blázquez también destacó que la Iglesia “es la única organización internacional que ha convertido este tema en un reflexión detenida, de tres días, con ponencias de personas competentes, diálogos largos, también con oración porque justamente es una cuestión que tiene que ver con el pecado”.
Sobre los próximos pasos que se darán en relación con la implantación de las medidas y protocolos en las diócesis del mundo, el Presidente de la CEE aseguró que es absolutamente necesario escuchar a las víctimas “siempre, con el tiempo que necesiten, sin mirar el reloj. Pero también se necesita una reacción de carácter penal, en donde no haya nada de encubrimiento, nada de silencio cómplice. Tiene que haber una denuncia clara y una colaboración con las autoridades del Estado”.
En relación con la aplicación de los protocolos de actuación, el Cardenal aseguró que el Papa habló de estos como “normas, y ante una norma que se quebranta hay que pedir razones. Tiene que haber una dimensión penal en el tratamiento de esta cuestión”.
Además, aseguró que informará “lo más adecuadamente posible” de las conclusiones de esta cumbre a la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española. “Es una responsabilidad que tengo muy clara y quiero que sea compartida”, aseguró.
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