Algunos cronistas lo recuerdan de febrero en febrero. Debía recordarse más, para calibrar hasta dónde llegaron los tentáculos de Hitler. Venezuela, país tranquilo que –además de estar muy lejos del escenario bélico de la época- tendía a permanecer ajeno a guerras y confrontaciones, era gobernada por un militar civilista, el general Isaías Medina Angarita.
Cuando ya parecía un hecho el triunfo de los aliados, su gobierno, que mantuvo la neutralidad, declaró la guerra al Eje el 15 de febrero de 1945 como requisito para participar en la conferencia fundacional de las Naciones Unidas.
Mucho antes de esa decisión, la llamada Operación Neuland (1942) se había cargado un buque tanquero venezolano, el “Monagas”, anclado en la península de Paraguaná en el occidente del país. El episodio se conoce en la historia como El hundimiento del Monagas.
47 marinos muertos
Según testimonio de Damelys Mey Zambrano, nieta de uno de los tripulantes a bordo del mencionado buque, aquella madrugada apacible derivó en una tragedia que se llevó las vidas de 47 marinos entre ingleses, griegos, chinos, noruegos y venezolanos.
“Esta historia la conozco desde pequeña –explica- porque mi abuelo Bernabé Zambrano estaba en el ‘Monagas’ junto a su sobrino Ramón quien fue una de las víctimas ese día. Mi abuelo fue reseñado en el libro de Ali Brett Martínez “Aquella Paraguaná” porque los sobrevivientes, luego de ser rescatados, estuvieron por espacio de tres días varados en las costas de La Guajira sin comunicación. Todos pensaron que mi abuelo había fallecido y le ofrecieron hasta una Misa. Se podrán imaginar la sorpresa cuando llegó a Carirubana vivito y coleando!”, remata con esa divertida frase tan criolla.
Según los historiadores, estos ataques a nuestros buques tanqueros se produjeron con el fin de evitar que estos siguieran surtiendo petróleo a los aliados pues, en ese momento, el 64% del petróleo que utilizaban los aliados procedía de Venezuela. El agresor era un submarino del Tipo IXC/40 bajo el mando del Capitán Jürgen von Rosenstiel.
Hundieron el “Monagas”
El torpedo destruyó el puente de mando, quitando la vida al marinero de guardia, timónel Lázaro Leydenz y alcanzando a otros oficiales que también fallecieron a consecuencia de ese impacto. Walter Buschell, como oficial superior, no abandonó la nave y murió carbonizado.
Los submarinos nazis abrieron fuego contra siete buques tanqueros de bandera venezolana. No sólo fue impactado y hundido el Monagas, buque petrolero propiedad de la Mene Grande Oil Company. Fue construido en los astilleros ingleses Palmer’s Shipbuilding en 1927 y desde 1939 la mayoría de su tripulación estaba regularmente compuesta por venezolanos de la zona de Carirubana, estado Falcón.
Otros tanqueros fueron atacados esa madrugada del 16 de febrero a pocas millas de Punta Macolla, entre Paraguaná y las Antillas Neerlandesas, en ruta hacia Aruba: el San Nicolás, Tía Juana y Pedernales. Otros tres, San Rafael, Oranjestad y Arkansas, se salvaron de ser torpedeados. Todos se dirigían a la Refinería arubeña cargados de petróleo peninsular. Relata Damelys: “Desde la orilla se veía a los tanqueros en llamas y se vivía el desespero de las familias sin saber que ocurría”.
Primer golpe de Hitler en América
Fue la primera agresión alemana en territorio americano por lo cual el gobierno de Venezuela, por intermedio de su canciller Caracciolo Parra Perez, elevó una queja a través del encargado de negocios venezolano en Berna, Suiza. A su vez, Suiza interpuso una queja contra Alemania.
En tanto en aquella época, Venezuela sólo contaba con dos barcos de guerra. Uno de ellos consiguió acercarse a tres millas náuticas del submarino alemán agresor y logró presenciar las siguientes dos explosiones. Un diario tituló la reseña como “Hombres de Hierro” pues, desprovistos de armas para atacar submarinos, no obstante lograron rescatar sobrevivientes arriesgando gravemente su vida en esa oscura madrugada, iluminada tan solo por las llamas de los tanqueros torpedeados.
Investigaciones posteriores determinaron la detención de unos 800 ciudadanos de nacionalidad alemana que mantenían actividades de apoyo al partido nazi. Fueron encarcelados en los estados Lara y Trujillo. Otra consecuencia fue la clausura del Club Alemán y del Colegio Alemán en Caracas luego de comprobarse que andaban en las mismas.
Como tantos episodios de la historia, la presencia de submarinos nazis en las costas venezolanas y su agresión contra nuestros buques y marinos, así como la consecuente pérdida de vidas, se va olvidando y desdibujando en el tiempo. Pero sus familias no olvidan, por lo cual es justo y saludable el repasarlos cuando se cumple su efeméride.
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