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Como espectador, y ahora que soy padre de dos hijos, personalmente añoro el cine familiar de aventuras que, cuando era niño, podíamos ver en matinales, en sesiones de barrio, e incluso en televisión durante los horarios vespertinos de sábado junto a primos, hermanos y abuelos.
Filmes que nos trasladaban a las montañas, a las selvas, a las islas y a las cubiertas de barcos sometidos a las tormentas de los océanos, a parajes remotos, e incluso al interior de la Tierra. Historias que partían de las obras de Jules Verne, Robert Louis Stevenson, Jack London, Emilio Salgari… para construir largometrajes repletos de entusiasmo, con algunos toques de comedia y dosis altas de emoción.
También se echa de menos esa etapa de filmes de los 80 que produjo Steven Spielberg, con guiones originales pero muy deudores de los clásicos del género. Hoy es difícil encontrar películas para ver en familia que no sean los que están de moda: la cinta de superhéroes y el largometraje de animación.
Por eso se agradecen, de vez en cuando, películas como La llamada de lo salvaje, aunque sea la enésima adaptación de la popular novela de Jack London, que muchos leímos en la niñez con absoluta entrega.
Al comienzo uno se incomoda porque los perros no son reales, sino que los han recreado digitalmente; pero esta circunstancia, lejos de chafarnos, nos sorprende porque los efectos visuales han alcanzado un punto en el que todo es posible y a veces no se nota la diferencia.
Como muchos ya sabrán, el protagonista es Buck, un enorme y consentido perro que vive con un juez hasta que unos hombres lo roban y lo venden. Empieza, así, una travesía en la que el animal va cambiando de manos y adentrándose en tierras del norte, sufriendo en sus lomos la ley del garrote y aprendiendo a colaborar junto a otros perros en la tarea de tirar de un trineo en tiempos de la fiebre del oro en Alaska.
Aunque el héroe de la historia sea una mascota que en ese viaje escucha la llamada de sus instintos más primitivos, es fácil ver en este periplo un aprendizaje similar al de cualquier muchacho: aprender a desenvolverse en el mundo, conocer el amor y el odio, la bondad y la maldad, las responsabilidades del trabajo en equipo… En el fondo es la historia de una formación.
Uno de esos dueños a los que Buck va a parar es John Thornton (Harrison Ford, que aporta su carisma y su solvencia aunque su papel sea más bien breve), un hombre que vive dolorido en una cabaña tras la muerte de su hijo. Thornton se deja arrastrar por la bebida, la soledad y la conmiseración hasta que convive con Buck: el perro le apartará del alcohol y le devolverá la confianza en sí mismo. Está comprobado que las mascotas alivian a quienes están sometidos a la soledad y a la tristeza.
Como decía al principio, La llamada de lo salvaje es un efectivo compendio del cine de aventuras: hay emoción, villanos, animales feroces, peligros de la naturaleza, valores como el esfuerzo, la templanza como némesis de la codicia (el personaje de Ford suele quitarle importancia al oro que buscan los desesperados) y la rehabilitación de quienes han sido dañados por el mundo pero encuentran una nueva oportunidad para salir adelante: Buck y John se complementan y se auxilian mutuamente.
Lejos de ser perfecta, es un digno vehículo de la obra de London, muy adecuado para familias y espectadores jóvenes. Su director, Chris Sanders, proviene del cine de animación y sabe en todo momento cómo servir los ingredientes a su audiencia.
Pero quizá sea el guionista, Michael Green, la pieza más importante del conjunto: en su filmografía encontramos los textos de remakes, secuelas o nuevos reinicios a los que ha sabido dar un giro sorprendente (Logan, Alien: Covenant, Blade Runner 2049, Asesinato en el Orient Express).
Ficha Técnica
Título original: The Call of the Wild
País: Estados Unidos
Director: Chris Sanders
Guión: Michael Green (basado en la novela de Jack London)
Música: John Powell
Género: Aventuras / Drama / Familia
Duración: 100 min.
Reparto: Harrison Ford, Omar Sy, Dan Stevens, Bradley Whitford, Karen Gillan, Jean Louisa Kelly, Terry Notary, Cara Gee, Colin Woodell, Wes Brown, Anthony Molinari, Brad Greenquist, Michael Horse
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