¿La pandemia del Coronavirus infecta a las economías?

Las noticias durante los últimos meses sobre la expansión del Coronavirus Covid-19 y el seguimiento casi al minuto que realizan los medios de comunicación, pone de manifiesto que una pandemia no sólo compromete la salud de las personas sino también, a diferencia de las gripes estacionales, afecta a la salud económica de los países. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el coste de una pandemia grave alcanzaría cifras por encima de los 570.000 millones de dólares.

En 2014, la epidemia de ébola que provocó una gran preocupación tanto en el tercer mundo donde se expandió como en el primer mundo por los contagios puntuales que trascendieron, causó 11.325 muertes y unas pérdidas económicas de 2.700 millones de dólares principalmente en países del tercer mundo. De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, la lucha global contra el ébola costó un total de 7.000 millones de dólares.

La Universidad del Sur de California estima que si reapareciera una epidemia de gripe española, que tanto daño causó a Estados Unidos a inicios del siglo XX, afectaría a la economía a su economía por un valor de 34.400 millones de dólares y que sin vacunación el coste ascendería un 30% superior. La advertencia de vacunación no sólo es importante por Salud Pública sino también por los recursos que compromete.

En las previsiones de cómo evolucionarían los costes de las diferentes epidemias y pandemias, existen factores significativos. La evolución de la población mundial y la concentración en ciudades, las desigualdades sociales, el incremento de los contactos internacionales por mayor tránsito de viajeros, los problemas de infraestructuras sanitarias en países del tercer mundo o en vías de desarrollo propiciarán una mayor probabilidad de contagio en caso de epidemias.

Pero más allá del impacto económico directo, las pandemias en un mundo globalizado comportan un daño añadido. La sobrerreacción ante el temor de contagio a pesar de que sea estadísticamente muy bajo condiciona las relaciones económicas, la celebración de congresos internacionales, asistencia a los puestos de trabajo y otras reuniones. Y es que el miedo a una enfermedad contagiosa paraliza la vida y también la economía.

La epidemia que se originara en Wuhan hace apenas unos meses está generando una alarma a nivel global en tanto que su tasa de contagio es alta y que se propaga a una velocidad similar a la gripe.

Cada día se actualiza el número de fallecidos, pero aunque los medios de comunicación persisten en señalar que la tasa de mortandad es inferior a una gripe estacional y parece que condicionada a la concurrencia de otras afecciones, la preocupación se ha disparado, las probabilidades y la estadística sirven de poco consuelo cuando sentimos que se resquebraja el disfraz de invulnerabilidad que satura nuestra cotidianeidad.

La pandemia del Coronavirus, pues ya ha saltado a múltiples países y continentes, está afectando el crecimiento económico de China y ahora las previsiones económicas de Italia. 

Ante el tráfico de turistas, no tardarán los gobiernos de toda Europa plantear los efectos económicos de la pandemia sobre sus cuadros macroecónomicos, ya sea por el efecto real directo, el indirecto o incluso que pueda servir como excusa ante la inoperancia de ciertos gobiernos para impulsar las estructuras económicas del país correspondiente.

En consecuencia, sea por un motivo o por necesidad de un chivo expiatorio, vamos a tener el foco informativo sobre la pandemia un buen tiempo.

Las pandemias más recientes que hemos sufrido son la Pandemia del Síndrome Agudo Grave, la de la influenza AH1N1 y el ébola. 

En el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave  duró desde noviembre de 2002 a julio de 2003 teniendo lugar en China que sufrió un impacto económico de unos 54.000 millones de dólares.

Por otra parte, la pandemia de la influenza AH1N1, que tuvo lugar de abril de 2009 a agosto de 2010, arrancó en Estados Unidos y México. Tiempo después se estimó que entre 123.000 y 203.000 personas habían fallecido por causa. Según estimaciones de la OMS, el AH1N1 implicó un coste de 55.000 millones de dólares y México vio como su Producto Interior Bruto ´se contrajo de golpe un 0.7%.

El brote de ébola, mantuvo en vilo por su virulencia a todo el primer mundo desde agosto de 2014 a junio de 2016. El origen se sitúa en Guinea y rápidamente se propagó por los países africanos colindantes. Fallecieron 11.325 personas y registraron como contagiadas 28.652. El impacto económico estimado en su totalidad ascendió a 53.000 millones de dólares.

A día de hoy, el Corona virus se ha cobrado estadísticamente menos bajas que una gripe estacional pero lo que está fuera de toda duda es que el efecto sobre las economías globalizadas por vía del miedo va a acabar por alterar el comportamiento económico y, por lo tanto, la economía del país.

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