Es reconocido como el "padre de la escolástica". Como teólogo se le recuerda por sus importantes obras y su defensa de la Inmaculada Concepción, y como filósofo por su célebre argumento ontológico.
Este santo, que contaba con una piedad y caridad desbordante, es precursor de Santo Tomás de Aquino, pues la Iglesia no había tenido un metafísico de su talla desde la época de San Agustín. Es además, uno de los autores más leídos por maestros de teología durante siglos.
También fue un hábil maestro para sus hermanos de la Orden de San Benito, a quienes impartió teología, y un luchador por conseguir la libertad de la Iglesia a pesar de sufrir destierros.
Nació en el año 1033 en Aosta del Piamonte (Alpes italianos), al interior de una familia noble. Su educación fue encargada a los padres benedictinos, después de sufrir por la excesiva rigurosidad y diversos maltratos de su antiguo maestro laico.
Tras la muerte de su madre y a consecuencia de una mala relación con su padre, Anselmo abandonó su casa. En 1060, a la edad de 27, ingresó al monasterio de Bec (Normandía) donde se convirtió en discípulo y gran amigo de Lanfranco, Arzobispo de Canterbury.
Tres años más tarde ocupó el cargo de prior del monasterio, después de que Lanfranco fue enviado a hacerse cargo de la abadía de los Hombres (Normandía).
Siendo prior de Bec, Anselmo compuso sus dos obras más conocidas que sirvieron para integrar la filosofía y la teología: El Monologium, (meditaciones sobre las razones de la fe), en el que daba las pruebas metafísicas de la existencia y la naturaleza de Dios, y el Proslogium (la fe que busca la inteligencia) o contemplación de los atributos de Dios.
Asimismo compuso los tratados de la verdad, la libertad, el origen del mal y el arte de razonar.
En 1078 el santo fue elegido abad de Bec, lo que lo obligaba a viajar con frecuencia a Inglaterra, donde la abadía contaba con algunas propiedades.
Tras la muerte de Lanfranco (1089), Anselmo viajó a Inglaterra donde fue nombrado como Arzobispo el 4 de diciembre de 1093, pese a que en un primer momento el rey Guillermo el Rojo se opuso. Este último fue muy hostil con los católicos de aquella época e incluso desterró a San Anselmo.
San Anselmo pasó un tiempo en el monasterio de Campania (Italia) por razones de salud y allí terminó su famosa obra Cur Deus homo: el más famoso tratado que existe sobre la Encarnación. Después sufriría un destierro más y regresaría a Inglaterra.
Falleció en el año 1109, anciano y debilitado por su edad entre los monjes de Canterbury. Sus últimas palabras antes de morir fueron: "Allí donde están los verdaderos goces celestiales, allí deben estar siempre los deseos de nuestro corazón".
Fue canonizado en 1494. Su fiesta se celebra el 21 de abril.
Más información:
Biografía Oración a San Anselmo San Anselmo de Canterbury en la Enciclopedia Católica Especial de San Anselmo de Canterbury
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