“Para esto nos ordenamos”: Sacerdote lleva sacramentos a enfermos en tiempo de coronavirus

CIUDAD DE MÉXICO, 21 Abr. 20 (ACI Prensa).- Un sacerdote mexicano está decidido a seguir atendiendo a los fieles enfermos incluso en hospitales, aún a riesgo de enfermarse, pues “para esto nos ordenamos” y “tenemos que ser otro Cristo en el mundo”.

En diálogo con ACI Prensa, el P. Juan José Cedeño, párroco de la parroquia de La Coronación de Nuestra Señora de Guadalupe, en la colonia Condesa en Ciudad de México, explicó que esta decisión la tomó “entendiendo todo el dolor y sufrimiento que estamos viviendo a nivel mundial y también en México”.

“Hoy necesitamos signos de esperanza, signos de luz, de amor, de que Dios está conmigo a pesar del dolor y el sufrimiento. Por eso me he atrevido a salir un poco más cuando se me pide, cuando se me requiere, ir a los hospitales para ir a ungir”.

De acuerdo a la universidad estadounidense especializada en medicina Johns Hopkins, al 21 de abril se han confirmado 2.540.553 casos de coronavirus COVID-19 en todo el mundo, sumando 175.438 muertes.

El Gobierno de México informó el 20 de abril que en el país “se han confirmado 8,772 casos y 712 defunciones”.

Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, anunció este 21 de abril que México entró en la “fase de ascenso rápido” de la pandemia de coronavirus COVID-19, conocida en el país como fase 3.

El P. Cedeño aseguró que al asistir a los enfermos “trato de cuidarme con lo que nos piden, siempre que llego al hospital nos indican que hay que lavarnos las manos, usar el cubre bocas que ya lo llevo, ponerse la bata, los guantes”.

“Sí, con miedo, pero yo se lo encargo a Dios: Señor, si es para gloria tuya, cuídame, que yo cuido a la gente que Tú me estás poniendo al frente”, dijo.

El presbítero, que también celebra Misas de cuerpo presente para fallecidos, dijo que cuando el sacerdote visita a los enfermos y a sus familias, “la gente se llena de esperanza”.

“Hay dolor en la familia, hay dolor en la gente, y llega el Padre y les celebra. Son signos de mucha esperanza, de agradecimiento. Y la gente se queda diciendo ‘Dios está con nosotros, Dios nos visitó”.

El P. Cedeño destacó que este trabajo sacerdotal “es parte de nuestra vida”, pues “el mismo Jesús se arriesgó. Nuestro Señor Jesucristo dio todo por su gente”.

Además, destacó el ejemplo de “cuántos santos, santas, cuántos misioneros, religiosos, religiosas, se siguen partiendo la vida por el servicio a los pobres, a los enfermos. Se me viene a la mente todas las monjas y sacerdotes que han muerto en las casas de Sida, donde hay leprosos, que pueden contagiarse tan fácilmente y a pesar de eso siguen prestando el servicio”.

“Y en estos momentos de pandemia, de dolor, de sufrimiento, necesitamos luz, esperanza, que Dios esté y que la gente sienta a Dios cerca de ellos”, aseguró.

Para el P. Cedeño lo importante para tener valor frente al miedo es confiar en Jesús. “Me acuerdo del pasaje de la barca. Jesús venía durmiendo en la barca y los discípulos llenos de miedo, porque se estaba hundiendo la barca, porque había mucho viento, olas, despiertan a Jesús. Jesús calma, pero hay un reproche con el corazón de Jesús a sus discípulos diciendo: ‘¿por qué tienen miedo, hombres de poca fe?’”.

“Creo que estamos en el mismo pasaje. Hay miedo, obvio, pero hay que aprender a confiar. Y además es parte de nuestro servicio, por esto nos ordenamos y tenemos que ser otro Cristo en el mundo, y más en estos momentos de desesperanza, de desolación, de tristeza”.

Si bien el sacerdote mexicano aún no ha llevado los sacramentos a un enfermo de coronavirus, no se niega a hacerlo llegado el momento. “Si las autoridades médicas me permiten, me pongo mi bata, me pongo mi cubre bocas, me pongo mis guantes y con mucho amor y cariño yo iría a ungir a una persona infectada de coronavirus”, señaló.

Una bendición especial en helicóptero

Recientemente el P. Cedeño participó también en la bendición con el Santísimo Sacramento realizada sobre Ciudad de México a bordo de un helicóptero, junto al P. Darío Bragado Rodríguez, sacerdote de 90 años y canónigo de la Catedral Metropolitana de México.

El sacerdote recordó que fue “un laico quien toma la iniciativa y él paga el helicóptero”.

“A través de este laico, con iniciativa y dinero de este laico, yo le digo al P. Darío: ‘¿Se anima?’. Y me dice ‘va, me da un poquito de miedo, pero yo le entro’”.

“La iniciativa de este laico era que a través del Santísimo oráramos por la Ciudad de México. Nosotros incluimos a todo el país, y le pedimos al Santísimo por nuestra ciudad, por esta pandemia, por los infectados, por la gente que trabaja en los hospitales”.

El capitán de la aeronave, indicó, les permitió sobrevolar repetidamente algunos lugares, y decidieron hacerlo sobre la zona de hospitales en Tlalpan, al sur de Ciudad de México, sobre la Basílica de Guadalupe y sobre la Catedral Primada de México y el Palacio Nacional.

En la zona de hospitales de Tlalpan, explicó, hay muchos centros médicos “de vías respiratorias, de cancerología”, por lo que “ahí le dimos tres vueltas orando por el tema médico, consagrando y pidiendo por nuestros enfermeros, enfermeras, los médicos que se están partiendo, arriesgando sus propias vidas, por dar salud a los enfermos”.

Sobre la Basílica de Guadalupe, dijo, sobrevolaron dos veces “pidiéndole a nuestra Madre Santísima de Guadalupe la protección, la ayuda, la fortaleza, la iluminación de Ella como nuestra Madre”.

Sobre el Palacio Nacional, sede de gobierno de México y residencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, pidieron “por las autoridades, para que Dios los siga iluminando, los fortalezca”.

Sobre la Catedral Primada de México, señaló, rezaron “por toda la Iglesia de México, por todas nuestras diócesis, por todos los mexicanos, por todo nuestro país”.

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