A través de la Conferencia Episcopal Italiana, los obispos pidieron compromiso a todo el pueblo de Italia, que está “atravesando una fase especialmente delicada y complicada de la historia: nuestras palabras no son un estímulo para seguir adelante a pesar de todo, sino una invitación a atreverse con esperanza”.
“No es mero optimismo, sino esperanza y realismo cristianos. La guerra, la pandemia, la crisis medioambiental y empresarial, el aumento general de los costes, las elevadas facturas de los servicios públicos... son cuestiones que nos apenan terriblemente y nos preocupan. Nunca podremos acostumbrarnos a ver la vida pisoteada”, dijeron a continuación.
Además, explicaron que su llamamiento “está motivado ante todo por nuestra fe y la certeza de que el Evangelio de Jesús sigue siendo una Buena Noticia para todos. Nos preocupamos por el futuro de cada persona humana”.
En este sentido, defendieron que “el voto es una expresión cualificada de la vida democrática de un país, pero es oportuno seguir sintiéndose parte de ella a través de todos los instrumentos que la sociedad civil tiene a su disposición”.
Señalaron además que “ver que los jóvenes se ponen del lado de los que quieren abordar y resolver los problemas es una señal esperanzadora. Y nos compromete a los adultos, al mismo tiempo, a no traicionar sus sueños”.
“A los que, después de muchos años, tienen la tentación de pensar que esta vez tampoco cambiará nada, les recordamos que la contribución de todos es muy valiosa”, dijeron a continuación.
Por último, los obispos italianos se dirigieron a los políticos y pidieron a los futuros cargos electos “que no olviden nunca la alta responsabilidad que se les ha confiado”.
“Su servicio es para todos, especialmente para los más frágiles y los que no tienen forma de hacer oír su voz. Es la hora de elecciones valientes y orgánicas”, dijeron los obispos, quienes animaron también a “vivir la responsabilidad política como ‘la forma más elevada de caridad’”.
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