Para Rafa tampoco es fácil el retiro de Federer: «Ser parte de este momento será algo increíble e inolvidable para mí, pero también algo muy difícil. El jugador más importante de mi carrera en el tenis se está retirando, pero estoy agradecido y honrado de poder jugar con él«, dijo en la rueda de prensa previa al partido.
Además, sumado a sus propias lesiones -tanto en el pie como en el abdomen- ha confesado que personalmente está pasando por un momento difícil (relacionado con el nacimiento de su primer hijo), así que sólo fue a la Laver Cup para acompañar a su amigo e ídolo deportivo en la cancha.
Durante el juego hubo complicidad, risas, concentración y, por supuesto, excelente tenis. No podíamos esperar menos de estos dos grandes que acumulan 44 Grand Slams entre ambos. Pero fue cuando terminó el partido cuando vimos la grandeza de Federer y Nadal: humildes ante el inevitable final y amigos después de años de rivalidad deportiva.
Roger, antes de recibir el aplauso de la audiencia, saludó y abrazó a todos y cada uno de sus compañeros de equipo y a los integrantes del equipo contrario. Y luego, la gloria del público, uno que lo ha visto jugar como todo un caballero por más de 20 años, que lo ha visto celebrar sus victorias, pero también sobrellevar como nadie sus derrotas. Aplausos de pie, como sólo se puede despedir y dar las gracias a un grande como Roger Federer.
«Ni hay mejor forma de decir adiós que en equipo»
En su discurso en la cancha, dijo que no había mejor forma de decir adiós que en equipo, que era como sabía que iba a poder lograr sobrellevarlo, haciendo referencia, por supuesto, primero a Rafa; pero también al resto de los integrantes del equipo Europa, donde también estaban Novak Djokovic y Andy Murray, los otros dos jugadores del famoso Big Four (Los Cuatro Grandes).
Sin embargo, Roger también se refería a su equipo en casa, encabezado por su esposa Mirka: «Mi principal apoyo todo este tiempo. Ha sido la que me ha motivado para llegar hasta aquí«, dijo muy emocionado. Pero también tomó un tiempo para agradecer a sus padres, también presentes, y luego los abrazó a ellos y sus hijos en la cancha mientras repetía:
“Estoy bien, estoy feliz, no estoy triste”.
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