La parroquia Nuestra Señora de Czestochowa (Guayaquil) vuelve a protagonizar una llamativa campaña e invita a celebrar el ser católico. Su promotor, el padre César Piechestein, explica los detalles de la iniciativa en diálogo con Aleteia
El Mundial de Qatar está cada vez más cerca y Ecuador, país que ha quedado por fuera en varias oportunidades, esta vez será uno de los seleccionados de América Latina que ofrecerá alegría a la máxima fiesta del fútbol mundial.
En medio de la fiebre mundialista que comienza a palpitarse en varios países del mundo, desde la parroquia Nuestra Señora de Czestochowa la invitación fue a «ponerse la camiseta», pero no la de la selección ecuatoriana, sino la que refleje aquello de vivir la fe cristiana con entusiasmo, alegría y anunciando el evangelio en la vida cotidiana.
La campaña fue promovida en el mes de septiembre a través de las redes sociales y en una de las imágenes se puede apreciar a un niño que lleva una camiseta con la frase «Soy feliz de ser católico» estampada.
«La campaña surge como un deseo de hacer pública nuestra pertenencia a la Iglesia católica (…) A algunos como que les da un poco de vergüenza de decir que son católicos y se quedan con decir que son cristianos. Quisimos como un testimonio de comunidad parroquial decir públicamente, externamente, que estamos felices de ser católicos», expresó el padre César, quien el 21 de septiembre acaba de cumplir dos años como párroco de Nuestra Señora de Czestochowa en Guayaquil.
Desde la Arquidiócesis de Guayaquil se recordó que la propuesta pasó también por publicar una fotografía en las redes sociales #PonteLaCamiseta y #FelizmenteCatólico como hashtags. Además, que en la parroquia también se preparó un escenario con las imágenes en tamaño real del papa Francisco y San Juan Pablo II, con quien esa iglesia guarda un vínculo especial.
Una vez más desde Nuestra Señora de Czestochowa
En efecto, esta particular campaña impulsada desde Ecuador (¿por qué no para ser replicada también en otros países?), no es la primera que ha generado atención. Por ejemplo, en 2021 surgió en ese sitio la propuesta «La dominguera para el domingo», una campaña que buscó estimular el «buen vestir» para acudir a misa los domingos.
Según explicó el padre César a Aleteia, detrás de estas campañas hay un equipo de comunicación, integrado de manera mayoritaria por jóvenes, quienes a través de las redes sociales buscan «contagiar el ambiente de comunidad» en un sitio que se caracteriza por tener muchos movimientos.
La parroquia Nuestra Señora de Czestochowa acaba de cumplir 40 años de fundación y ha producido varias vocaciones sacerdotales, tal cual informó el padre César. Actualmente son cinco los seminaristas vinculados a ese sitio los que están en el seminario mayor de Guayaquil.
Acerca del vínculo de esta parroquia con Polonia, César recordó que la relación proviene desde el momento que se produjo el atentado contra el papa Juan Pablo II (13 de mayo de 1981). En ese entonces, relató César, el arzobispo de Guayaquil de aquella época, el cardenal Bernardino Echeverría Ruiz, prometió a la Virgen de Czestochowa (advocación polaca) que si el Papa se salvaba le iba a construir una iglesia en Guayaquil.
«Esa iglesia es el cumplimiento de aquel voto. El cuadro que tenemos fue un obsequio del Papa Juan Pablo II. Pertenecía a él y se lo obsequió al cardenal para que estuviera presidiendo el altar mayor de esa parroquia. Cuando el Papa visitó Ecuador en 1985 visitó la parroquia ya construida y ya funcionando», indicó César.
«Girasol sinodal»
«También hicimos una campaña con el girasol sinodal, para promover el sínodo. Se entregó a la gente que quiso participar, más de 250 familias, semillas de girasol de una planta que creció en el jardín de la parroquia», comentó el padre César con respecto a otras de las propuestas recientes desde esa Iglesia de Ecuador.
Junto a esas semillas, indicó el sacerdote, se mandaba tutoriales para cultivar las semillas. Los beneficiarios mandaban luego fotos con las plantas, con la flor. De manera paralela, se les iba también mandando el material de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana producido para el sínodo.
«Al final se les mandó un tutorial de cómo cosechar sus semillas de flores de girasol. Ahora se les invitó a participar a los demás (vecinos, amigos, conocidos) recordando que la semilla representa en la parábola del sembrador a la palabra de Dios. La Iglesia, la parroquia, les participó esta semilla y ahora ellos la participan a los demás», reflexionó César.
«Las campañas van surgiendo según la creatividad, según las necesidades y situaciones. Para el próximo año tendremos al menos dos campañas, ésa es la meta», agregó el sacerdote.
La campaña «Ponte la camiseta» finalizaba este sábado 1 de octubre con motivo la fiesta de santa Teresita del Niño Jesús debido al comienzo del mes de las misiones. «Ya que dijimos que estamos felices de ser católicos, queremos invitar a otros a ser católicos», sentenció.
¿Por qué soy feliz de ser católico? (galería):
Esperanza en medio de la violencia
En los últimos meses, Ecuador se ha posicionado como uno de los países de América Latina con mayor tasa de robos y asaltos. Se trata de situación preocupante, que se viene generando desde hace bastante tiempo, pero que ha colocado al país en el foco internacional luego de lo sucedido en cuanto a la violencia en sitios como las cárceles (con centenares muertos) y hasta un atentado con explosivos en los primeros días de agosto que dejó cinco fallecidos y varios heridos en la zona Cristo del Consuelo de Guayaquil.
Es en medio de este terreno complejo donde florecen estas iniciativas que lo único que hacen es entusiasmar y llenar de esperanza en medio del sufrimiento.
La última campaña, la de ponerse la camiseta para dar testimonio de la alegría de la fe, así lo confirma. Lo mismo que las otras. Pero con respecto a la situación de violencia, algo que se extiende ampliamente a otras partes del mundo, el padre César respondió:
«Hemos colocado en el altar de la parroquia y en el altar de la capilla de adoración una bandera de Ecuador y de Ucrania. En todas las misas se pide a nuestra patrona, la Virgen de Czestochowa, por la paz en Ucrania y por el cese de la persecución de la Iglesia en Nicaragua».
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