A través de su página web, 40 días por la vida ofrece una serie de pautas para evitar la aplicación de una reciente modificación del Código Penal que pretende criminalizar la labor de los grupos provida.
Esta modificación entró en vigor el pasado mes de abril y en ella se establece “pena de prisión de tres meses a un año o de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a ochenta días” para quien, a juicio del legislador, menoscabe la libertad de las madres que se dirigen a un centro de aborto.
En concreto, el Código Penal se refiere a la persona que “para obstaculizar el ejercicio del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo acosare a una mujer mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos que menoscaben su libertad”.
Así, 40 Días por la Vida recuerda a sus voluntarios que “rezar salva vidas” y que su labor consiste en “rezar pacíficamente, por lo que en ningún momento se produce una acción de acoso”.
Aún así, indica la conveniencia de utilizar en exclusiva un cartel con el lema “No estás sola, podemos ayudarte” y, a ser posible, identificarse con las prendas oficiales de la asociación.
Por otro lado, se previene a los participantes ante la presencia de personas ajenas a 40 Días por la Vida: “Asegúrate de que tus compañeros de turno se hayan inscrito en la vigilia. Si no conoces a alguien de tu turno, procura centrarte en la oración y limita tu conversación”.
Al tiempo, se insta “ahora más que nunca” a mantener un “comportamiento ejemplar”, de tal forma que en caso de agresión verbal no se responda y se siga rezando.
Si la situación persiste, la opción es avisar al “capitán”, responsable del turno de oración, y llamar a la Policía. Si es posible, se anima a grabar con el móvil la situación “pero no lo reenvíes”.
En caso de agresión física, la indicación tajante es llamar a la Policía.
No es infrecuente que los empresarios del aborto avisen a la Policía de la presencia de los provida cerca de sus negocios, por lo que, en ese caso, se recomienda que haya apoyo en el grupo, que todos interactúen con la fuerza pública de tal forma que “no haya una voz líder”.
En caso de que pidan la identificación, se recomienda preguntar el motivo de forma amable y entregar el Documento Nacional de Identidad (DNI).
40 Días por la Vida también prevé que un miembro de la Policía afirme que, o bien no se puede estar en el lugar rezando, o que “rezar es delito”. En ese caso, se insta a ser amable, pero a cuestionar tal afirmación, y preguntar por qué no se puede estar, “qué estoy haciendo mal” o “cómo debo actuar”.
En el supuesto de que los miembros de la Policía insistan en que el voluntario debe abandonar el lugar, los responsables de 40 Días por la Vida son tajantes: “Obedece, nunca te enfrentes a la Policía”. Y añade: “Recuerda que ellos sólo hacen su trabajo”.
Todas estas indicaciones se realizan a pesar de que 40 Días por la Vida considera que la modificación penal para criminalizar la acción de los provida “no nos afecta” porque “esta ley no va con nosotros”.
“40 Días por la Vida se limita a rezar en un punto fijo de forma pacífica y silenciosa. No interpela a nadie; no se acerca a hablar con las mujeres que quieren abortar ni con los sanitarios. Por lo tanto, es IMPOSIBLE que haya acoso”, subrayan.
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