"Estoy trabajando duro para tener en cuenta las diferencias individuales de mis hijos. Sus personalidades hacen que haya criado a cada uno de forma distinta". Es lo que afirma Theresa Civantos, de la edición inglesa de Aleteia
He descubierto que una de las partes más difíciles de tener una familia numerosa es asegurarme de que cada uno de mis hijos tenga la combinación única de cosas que necesitan para prosperar.
Cada uno de ellos es muy diferente, y paso mucho tiempo elaborando estrategias para conseguirles lo que necesitan. Como dijo una vez la gran educadora Charlotte Mason: “Una madre le debe a sus hijos un amor reflexivo”. No es fácil, pero he encontrado algunas soluciones.
Una niña necesita más interacción social y estimulación intelectual, por lo que asiste a clases fuera de nuestra casa dos mañanas a la semana.
Otro niño necesita una exploración al aire libre más activa, por lo que asiste a un «campamento de aventuras» semanal, deambulando por el bosque y practicando deportes al aire libre con otros niños.
Y una de mis hijas es un poco diferente a los demás. A diferencia de sus hermanos bulliciosos y rudos, ella es una persona hogareña, afable e introvertida.
Cuando les pregunto a mis hijos: “¿De qué quieres hablar?”, los demás siempre me asaltan con temas diversos. Pero esta niña suele decir: «Oh, de nada». Ella disfruta del silencio.
Con su personalidad tranquila, a veces se ve eclipsada por sus hermanos más ruidosos. Entonces me di cuenta de que lo que ella necesita es más tiempo a solas y atención enfocada en casa conmigo.
Pero, ¿cómo hacer esto posible? Yo educo a mis hijos en casa, para que pasen la mayor parte de su tiempo en casa, haciendo mucho ruido y llenando la casa con su energía y alboroto.
Lo medité un tiempo y finalmente tuve la idea de combinar las actividades de los otros niños para que todas caigan en jueves. Los otros niños salen todos de la casa para clases y campamentos el mismo día, y el bebé duerme la siesta.
Así que el jueves se convierte en el “día especial con mamá” de mi niña. Ella elige las actividades, generalmente una combinación de leer libros juntas y hacer proyectos de arte creativo. (Le encanta hacer arte, y su aspiración profesional declarada es ser «una historiadora de arte en el Instituto de Arte de Chicago «. ¡De sus labios a los oídos de Dios! Estamos haciendo todo lo posible para apoyarla).
Ella y yo estamos muy felices de pasar este tiempo juntas, es refrescante para las dos.
¿Todos por igual?
Sé que algunos podrían decir que los “días especiales a solas con mamá” deben compartirse por igual entre todos mis hijos, pero no lo creo. Cuando se trata de hermanos y equidad, creo que es más importante darle a cada niño lo que necesita individualmente que obsesionarse con hacer que todo sea “igual” entre ellos.
Cada uno de mis hijos tiene tiempo a solas conmigo, de diferentes maneras, ya sea en una rutina especial a la hora de acostarse o en un trayecto individual a la cafetería local. Pero estoy trabajando duro para tener en cuenta sus diferencias individuales y sus personalidades hacen que haya criado a cada uno de forma distinta.
Mis otros hijos necesitan cosas diferentes y están recibiendo las actividades que los ayudan a prosperar. Esta pequeña necesita hacer menos, no más; necesita más tiempo de tranquilidad en casa y menos actividad y estimulación al aire libre.
Entonces, mientras sus hermanos están conquistando el mundo, mi pequeña y yo estaremos aquí, acurrucándonos en el sofá leyendo libros y llenando nuestra casa con obras de arte hechas a mano. Y no podríamos estar más felices.
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