El Santo Padre realizó esta invitación al finalizar el rezo del Ángelus: “Os invito a realizar hoy un gesto bello: acudir a un santuario mariano para venerar a la Virgen. Los que se encuentren en Roma podrían acercarse a rezar ante el icono de la Salus Populi Romani en la Basílica de Santa María la Mayor”.
El icono de la Salus Populi Romani, o protectora del pueblo romano, es un antiguo icono mariano que se custodia en la Basílica Pontificia de Santa María Mayor y a la que los romanos acuden en momentos de dificultad.
El Santo Padre tiene como costumbre rezar ante ella antes de comenzar un viaje apostólico para encomendarse a María y al regresar para dar las gracias a la Virgen.
En su reflexión previa al Ángelus, el Pontífice destacó la humildad como el secreto de María que atrajo la mirada de Dios hacia ella.
“María, en su pequeñez, conquista primero los cielos. El secreto de su éxito reside precisamente en reconocerse pequeña, necesitada. Con Dios, solo quien se reconoce como nada es capaz de recibirlo todo. Solo quien se vacía es llenado por Él. Y María es la ‘llena de gracia’ precisamente por su humildad”, dijo el Papa.
En ese sentido, invitó a los fieles a preguntarse: “¿Cómo está mi humildad? ¿Busco ser reconocido por los demás, reafirmarme y ser alabado, o pienso en servir? ¿Sé escuchar, como María, o solo quiero hablar y recibir atención? ¿Sé guardar silencio, como María, o siempre estoy parloteando? ¿Sé cómo dar un paso atrás, apaciguar las peleas y las discusiones, o solo trato de sobresalir?”.
Finalmente, subrayó que “también para nosotros, la humildad es el punto de partida, el comienzo de nuestra fe. Es esencial ser pobre de espíritu, es decir, necesitado de Dios. El que está lleno de sí mismo no da espacio a Dios, pero el que permanece humilde permite al Señor realizar grandes cosas”.
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