La Cruz del Apostolado es un poderoso signo de fe manifestado a la mística Conchita Cabrera, conoce todo lo relacionado a esta devoción que esta cambiando los hogares en México y en el mundo…
La Cruz del Apostolado es un poderoso signo de fe manifestado a la mística Conchita Cabrera. Conoce todo lo relacionado a esta devoción que esta cambiando los hogares en México y en el mundo. Y también todo lo relacionado con la película sobre Conchita Cabrera, actualmente en fase de preproducción. Un proyecto que unirá a grandes actores pero que por la pandemía se detuvo su producción, según nos explica Martha Navarro, promotora del mismo.
– Martha, muchas gracias por concedernos esta entrevista para Aleteia. Primero que nada, ¿nos puedes decir tu nombre completo, dónde naciste y dónde vives actualmente?
Soy Martha Guadalupe Navarro López. Vivo en Guadalajara, Jalisco (México); nací en Celaya, Guanajuato, mas toda mi familia es de Guadalajara. Fue por el trabajo que tenía mi papá que me tocó nacer allá.
– He visto, al llegar aquí, a Guadalajara, algunas casas con una Cruz muy especial, que tiene al Sagrado Corazón y al Espíritu Santo. ¿Tú me puedes dar información sobre esa Cruz?
Sí, es la Cruz del Apostolado; se trata de un regalo que Jesús le dio a la mística Conchita Cabrera de Armida a través de una visión.
Yo pertenezco a una de las cinco Obras de la Cruz que Jesús le dio a Conchita, que es Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús, la cual es solamente para personas que no son sacerdotes ni monjas, o sea laicos. Ya tengo mucho tiempo que pertenezco a ella, y me he ido enamorando de las Obras de la Cruz, de la Espiritualidad de la Cruz, y sentí un llamado muy fuerte en trabajar para dar a conocer la Cruz del Apostolado, así que ya tenemos tiempo dedicándonos a sembrar Cruces.
Las hemos puesto de varias formas: hemos puesto en cerros, en iglesias, en fábricas, en negocios y en hogares.
Pero, como está complicado poner la Cruz del Apostolado del tamaño de 7 metros en una casa, Dios nos dio la idea de hacer un paquete de entronización, donde entronizamos la Cruz del Apostolado. En ese paquete viene un póster de la Cruz del Apostolado, que les sugerimos lo enmarquen y lo pongan en un lugar importante en su casa. Dentro de ese paquete también viene la explicación de lo que son las promesas que Jesús le dio a Conchita para quien tenga la Cruz del Apostolado. Igualmente contiene la explicación de los signos de la Cruz, y viene una oración para, en familia, entronizar la Cruz.
Otra cosa muy importante es que añadimos un rosario, para invitar a la familia a que lo recen pues es algo que nuestra Madre nos ha pedido de muchas formas, haciéndonos saber qué es algo que Ella quiere.
Entonces una parte de lo que hemos hecho es sembrar cruces en cerros, fábricas, negocios, hogares e iglesias; pero también mandamos hacer unos pósterspara pegar en los carros, y los pusimos también en taxis, con los Taxistas de María, lo mismo que en camiones urbanos.
Nosotros hacemos, y ya Dios se encarga de lo demás.
– Martita, ¿por que te involucras en esto? ¿Qué fue lo que pasó en ti? ¿Hay una conversión, un antes y después de Martha frente a la Cruz del Apostolado?¿O por qué te interesaste tanto en ese tema?
Mis padres toda la vida me llevaron a Dios; tuve ese gran regalo de que mis papás me enseñarán amar a Dios. Pero, a partir de los 15 años, un tío sacerdote que yo tuve, hermano de mi papá, que se llamó Alfonso Navarro Castellanos, nos invitó a misionar a México.
Mi tío Alfonso organizaba misiones muy grandes, y viví esa experiencia. La fe la recibí de mis papás, pero ya un encuentro personal con Jesús lo tuve a través de esas idas a misiones y de un retiro de evangelización.
Mi tío Alfonso me enseñó a trabajar para el Señor. A partir de ahí siempre viví en comunidad, y empezamos a servir al Señor en parroquias, en apostolados…
Pasó el tiempo y, ya casada, me invitaron a pertenecer a Alianza de Amor. Empecé a profundizar más en toda la Espiritualidad de la Cruz y sentí un llamado muy fuerte de parte de Dios para dar a conocer la Cruz del Apostolado, porque hay promesas muy fuertes. Las 4 centrales, porque son muchas más, son éstas: donde esté la Cruz avienta el demonio; esparce virtud, de la cual está llena; sanará los cuerpos y las almas; y hará muchos milagros.
Entonces, en esa búsqueda de servir al Señor, Dios me presentó la oportunidad de hacerlo a través de sembrar Cruces en todos lados; y es lo que he hecho a nombre de Alianza de Amor; ellos me han apoyado y han estado siempre detrás, y ya tenemos casi 15 años sembrando Cruces, y es impresionante cómo Dios nos ha ido abriendo caminos.
Y eso que tú preguntas de si hubo un antes y un después, yo creo que la conversión es un proceso de vida, y estamos en ese camino; a veces un paso para delante y luego dos para atrás; pero ahí vamos, queriendo hacer la voluntad de Dios Padre.
– ¿Aproximadamente cuántas cruces has ido sembrando en templos, casa, cerros? ¿Y me puedes hablar un poco de la iconografía de la Cruz?
Se han sembrado ya aproximadamente unas 200; en todos lados, desde Canadá hasta Colombia. Algunos paquetes de entronización han llegado también Europa. Dios ha ido abriendo los caminos.
En cuanto a la Cruz del Apostolado, es una Cruz que fue una revelación que Jesús le dio a Conchita, a Concepción Cabrera de Armida. Y es una Cruz tal cual, no es una iconografía.
Y esa Cruz no nada más nos pertenece a los que somos de la Familia de la Cruz, sino que esa Cruz es un regalo para el mundo; ¡eso es importantísimo que lo sepan! Esa Cruz, esas promesas, son para todos.
Y ahorita, que está tan convulsionado el mundo, que estamos pasando cosas muy fuertes, las desintegraciones de las familias, la pandemia y tantas cosas que todos de alguna u otra forma estamos viviendo, la Cruz del Apostolado es un modo de abrirle la puerta de nuestras casas a Dios, y cada vez que la miras te hace reflexionar, invitándote a adentrar en el camino de Dios.
– Martita, ¿qué pasa con un hogar donde entronizan la Cruz, donde la ponen en lo más alto de la casa? Empecé a esa entrevista diciendo que yo estaba impactado porque en Guadalajara vi algunas casas con esta Cruz. ¿Que pasa hacia dentro del hogar, de la familia?
Pues es algo muy fuerte. Porque es como si tuviéramos en un brazo una herida muy profunda, gangrenada; entonces, cuando entra la Cruz, el Señor empieza a hacer un cambio en las familias. Y tú, cuando tienes una herida, vas con el médico, que lo primero que te hace es rasparla, limpiarla y desinfectarla, y cuando hace todo eso experimentas más dolor.
Por eso digo que es algo fuerte. La Cruz del Apostolado es una realidad que empieza a purificar a la familia, y empieza a hacer cambios. Es una realidad. Pero, como lo sabemos, hay un libre albedrío en cada persona.
Son los misterios de Dios. Por ejemplo, está el Sagrado Corazón, sobre el cual hay promesas de que, si alguien tiene su imagen en casa, pasa tales y tales cosa. Igual con la Cruz del Apostolado. ¡No es magia, no es magia, es gracia! ¡Y es presencia de Dios!
Y tú, cuando lo haces parte de tu vida, Él empieza a actuar. El hecho de que tú lo traigas a tu casa es porque te interesan las cosas de Dios. Y, claro, hay que tener docilidad, hay que pedir la gracia para una conversión, por los hijos y más. Y por todos los problemas, pues no hay quien no tenga problemas; y el Señor empieza a transformar.
– ¿Se vuelve un santuario el hogar, la casa?
Pues un santuario no; yo creo que más bien es dejar entrar a Jesús, a Dios Padre y al Espíritu Santo, porque es una Cruz Trinitaria; está la presencia de la Santísima Trinidad. Es darle cabida en tu vida, y dejar que vaya haciendo el Señor en nuestras vidas.
Pero algo importante es que nos dejemos; es lo más importante. Y más en estos tiempos en que hemos sacado de las familias las cosas de Dios. A veces ya dices: “Es que un crucifijo ya no queda de decoración”, o estás con el feng shui o esas cosas que son anticatólicas totalmente. A veces en las casas ya no hay nada que nos acuerde de Jesús.
Entonces la Cruz del Apostolado es una manera de invitarlo.
– ¿Qué pasa hacia afuera? ¿Cuál ha sido tu experiencia? Porque tengo entendido que hay una Cruz impactante en tu casa, en la azotea, en lo más alto.
Pues pasa de todo. Nos ha pasado mucho que las personas que viven en el coto, o gente que entra, se detiene y la ve, y se queda como que admirado; llegaron a pensar que era casa de monjitas o de sacerdotes. También ha llegado a pasar que la gente se persigna; hay gente que se para y se pone a orar. Igual ha ocurrido que vamos saliendo y gente que va en carro y ve la Cruz dice: “¡Ay, qué exagerado!”, como diciendo: “¡Fanáticos!”.
En cuanto nos cambiamos a donde vivimos actualmente,se sembró la Cruz; y había un señor que después supimos que estaba enfermo y que pasaba siempre y, a través de la Cruz del Apostolado, le pedía a Jesús, a Dios Padre y al Espíritu Santo que le diera la salud. Pasaba y pasaba, y siempre le pedía a Dios. Y una vez timbraron, era él y nos dijo: “Soy Fulanito de Tal. Traigo este voto de agradecimiento, y quería ver si me daban permiso de pegarlo en la Cruz, porque me sané. Yo todos los días que pasaba le pedí al Señor que me sanará, y pues ya estoy sano, y quiero poner este voto de agradecimiento”. Y ahí lo tenemos pegado.
Es un testimonio que Dios nos permitió conocer. Pero es una de quién sabe cuántas cosas que nuestro Señor ha querido hacer en muchos corazones. Y ahora que ya tenemos mucho tiempo sembrando Cruces nos ha tocado ver milagros, conversiones y cosas muy fuertes.
– ¿Consideras que en hogares o en zonas que están con violencia o con alta delincuencia, por ejemplo donde está desatada la lucha entre bandas del narcotráfico, la Cruz del Apostolado podría llevar la paz?
Sí, porque es la presencia de Dios. Recomendaría que en un casa de una zona así, sea chiquita, mediana, o grande, se ponga una Cruz del Apostolado adentro; porque, aunque no se vea por fuera, es la presencia de Dios. Y para la presencia de Dios no hay muros, Él está ahí.
– ¿Cuál ha sido la respuesta de la gente, de los sacerdotes?
Hemos ido con muchos sacerdotes que son diocesanos y que han oído de Conchita, y ha sido una respuesta muy generosa de parte de ellos, aceptando la Cruz y queriéndola poner en sus parroquias.
Cuando les damos la Cruz también les regalamos libros, así como paquetes para que la gente que pertenece a su parroquia tenga acceso a conocer qué es lo que está afuera de su templo, qué es la Cruz del Apostolado, y qué regalo tan grande es tenerla.
– ¿Cómo se ha vivido esta Espiritualidad de la Cruz dentro de tu familia??
Aquí están mis cuatro hijos, están solteros; unos estudian, otros trabajan. Y ha sido muy bonito porque siempre, en todos los apostolados qué hecho, involucro a mis cuatro hijos, desde el más grande hasta el más chico; y eso les ha ido ayudando a enamorarse más de nuestro Señor.
Ahorita tenemos el proyecto de la película de Concepción Cabrera de Armida, y en el equipo están mis hijos. También está un director, que se llama Alejandro Francés.
Lo mejor que me ha pasado en mi vida es trabajar para el Señor; no hay gozo más grande, no hay experiencia más hermosa que trabajar para el Señor. Y hay momentos muy duros, pero trabajar para Él y hacer apostolado es como si te inyectaran vida.
– No hay dolor que no sea consolado…
Sí, y más. No es que se te quite el dolor, sino que lo vives y lo requete-vives; pero lo vives y lo ofreces y tiene un valor salvífico, y tiene un sentido distinto.
Así ha sido, esto es mi vida y estoy muy contenta porque he visto de una manera muy palpable la presencia de Dios en mi vida, en mi familia, en mis hijos. Como sabemos, la conversión es toda una vida, y estamos en el camino.
– Martita, platícame más sobre ese proyecto de la película. ¿Cómo surge? ¿En qué etapa se encuentra? ¿Y de qué va a tratar?
La película es sobre la vida de Concepción Cabrera de Armida, de Conchita, que el año antepasado fue beatificada.
Este proyecto surgió porque, trabajando para la Cruz del Apostolado, conociendo más de Conchita y viendo la riqueza tan grande que hay en la Espiritualidad de la Cruz a través de todos los escritos que Jesús le dio a Conchita, te dan ganas de compartirlo y quieres que la gente sepa de esta gran riqueza. Y pensando cómo hacerlo, nos pareció que una película es la forma en que puede llegar a más almas.
Yo no sé nada de cine; mi hijo Juan Pablo estudió cine en Vancouver, pero contratamos a un director de películas, a un productor, y yo mandé hacer el guión con una persona, cuidando mucho el que no dijera nada fuera de contexto porque podría afectar la canonización de Conchita; entonces todo lo que se escribió fue revisado por unas monjitas Madres de la Cruz. ¡Y pues ya tenemos todo!
Esto surgió hace 7 años, y hubo trabas y trabas. Es que no es cualquier cosa, es un proyecto muy grande; pero no nos dimos por vencidos, sino que seguimos buscando de un modo o de otro, hasta que el Señor nos dio la gracia de que se abrieran las puertas.
Y ahorita vamos como a la mitad de la película. Por la pandemia y por la situación del país se nos atoró “la carreta”; pero estamos por lanzar en estos días una publicidad, fondeo, promoción para pedir fondos a fin de que podamos continuar. Hicimos una asociación civil; todo el dinero para realizar la película entra a la asociación civil, y ya tenemos recibos deducibles para que las empresas que quieran ayudarnos puedan deducir ese dinero. Estamos muy contentos de que ya vamos a continuar.
Y pues es un proyecto de familia totalmente, de mis cuatro hijos y mío, encomendado por Dios. Queremos obedecer, y Dios quiera que todo salga bien.
– ¿Hay alguna licencia eclesial que necesitarán o que ya hayan obtenido?
Licencia no se necesita. Pero nos acercamos con las Madres de la Cruz y también con los Misioneros del Espíritu Santo para que vieran lo que estamos haciendo; como pertenezco las Obras de la Cruz, para mí también es muy importante no dañar y no complicar los procesos de Conchita.
Entonces a las Madres de la Cruz y en especial a la Madre Lavarte, qué es bisnieta-sobrina de Conchita, le enseñamos el guión; ella lo revisó, nos hizo unas correcciones, lo modificamos y nos hizo una carta donde dice que da la aprobación de que ese guión se utilice para la película, que no decimos nada fuera de razón.
Eso fue lo que hicimos, y cuando empezamos a subir algo en redes, que al principio fue muy caserito por falta de recursos, nos impactó la respuesta de la gente: fue impresionante, hay mucha gente que conoce a Conchita, que conoce a la Espiritualidad de la Cruz en el mundo. Entonces te puedo decir que dio la vuelta al mundo el video que hicimos de promoción para anunciar que íbamos a hacer la película de Conchita.
En esos tiempos todavía todo lo hicimos con nuestros propios recursos; pero, gracias a Dios, ya tenemos los permisos y todo ante notario, y el SAT (Servicio de Administración Tributaria) nos acaba de aceptar la deducibilidad para dar facturas a las empresas y donantes.
– Desde la perspectiva de la Cruz del Apostolado, ¿cuál es tu mensaje final para todos, en estos tiempos tan inciertos de pandemia, confinamiento, violencia, desesperación, falta de fe y esperanza?
La Cruz del Apostolado es un regalo de Dios al mundo, y es una manera por la que el Señor nos invita a que lo busquemos, a que lo conozcamos.
Algo muy importante es que tengas un encuentro personal con Él, que abras tu corazón, que le platiques tu vida, la situación en la que estés. Más que nada te invito a que busques tener un encuentro con Jesús, que le abras tu vida, porque en Él están las respuestas a la situación que estás viviendo.
Te invito a que busques en internet sobre la Cruz del Apostolado, porque es un regalo para nosotros, y en especial para México, porque fue dada a través de una mexicana que fue una mamá que tuvo 9 hijos.
– Gracias por compartirnos la devoción de la Cruz del Apostolado y el proyecto de la película. ¿Pero cómo se va a llamar? ¿Y ya hay alguna portada o algo que los lectores puedan consultar?
Se llamará “Concepción”, solamente “Concepción”. Se pueden meter a Facebook y a Instagram, donde ya tenemos algunas fotos y otras cosas. Sólo hay que buscar Concepción. La película.
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