Lavarte las manos puede salvarte la vida

Te lo han dicho en casa desde que tienes uso de razón. Y en el cole. Y si tienes hijos, tú se lo repites a ellos cada vez que entráis en casa, antes de comer…

Hablamos de ese sencillo gesto de lavarse las manos. Porque es más importante de lo que a priori puede parecer, y es que una cosa que nos suena tan banal puede salvarte la vida.

Según la Organización Mundial de la Salud, la OMS, una de cada cuatro enfermedades respiratorias puede evitarse solo con lavarse las manos. Estamos hablando de un 25% de los casos.

Hay que hacerlo antes y después de comer y de usar el baño, y de todas esas actividades que conllevar ‘contaminación’ de las manos.

Y de igual forma que los dentistas te recomiendan cómo cepillarte y cuánto tiempo hacerlo, la autoridad sanitaria mundial nos recomienda usar jabón, frotar bien y a conciencia sin olvidarse de limpiar entre los dedos. Ojo con las uñas, que ahí se acumulan bastantes gérmenes… Y el tiempo, mejor rondar el minuto. ¿Temperatura? Pues lo mismo da si es fría o caliente. Aunque tampoco te pases de lo último.

Se trata de una recomendación más que valiosa para toda la vida, pero que no hay que olvidar en momentos como el que vivimos actualmente, con todo el planeta mirando a China atentos a las consecuencias del coronavirus.

Las últimas alertas sanitarias por enfermedades contagiosas han puesto de moda los desinfectantes líquidos que incluyen alcohol. Las llamadas soluciones hidroalcohólicas. Son muy utilizados en centros sanitarios, hospitales, los puedes llevar en el coche, en el bolso, en una mochila para una excursión…

Sí, son super cómodos para momentos en los que no tengas a mano agua y jabón. Porque esta sencilla receta, la del agua y jabón -de toda la vida-, en gel o en pastilla, es la más eficaz.

La razón de que tener las manos limpias nos pueda salvar de los contagios es que con ellas nos contaminamos todo el tiempo: nos tocamos la cara, nos las llevamos a la boca… Por eso hay que lavarse siempre al llegar a casa, antes de cocinar, tras cambiar un pañal, tras sonarse la nariz, tras sacar la basura…

CLEANING
Shutterstock | Alexander Raths

Y lavarse las manos no nos salva sólo de enfermedades respiratorias, también de diarreas. Lo acaba de destacar la OMS, que ha revelado en una reciente estudio que el 95% de la población mundial no tiene el hábito de lavarse las manos de forma correcta: antes de ir a comer y después de ir al baño. Por eso, la importancia de enseñar a los niños desde muy pequeños. Cuanto antes automaticen hacerlo, mejor protegidos estarán.

Y otro consejo sencillo. Al estornudar o toser solemos llevarnos la mano a la nariz o la boca. Sí, cierto que es una costumbre más que extendida. Pero, si pensamos un momento, con lo que acabamos de explicar, queda claro: protegemos al vecino, pero no a nosotros mismos. Porque la nariz nos hace de filtro, y si ha conseguido bloquear la entrada a los gérmenes, nosotros al ponernos en nuestra mano les allanamos el camino. Por eso, recomendación: toser en un pañuelo o en el antebrazo. Las manos, cuanto más limpias, mejor.

Siempre será mejor prevenir que lamentar, y con menos de un minuto, puedes ahorrarte un contagio: qué tiempo tan bien invertido.

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