El lema del Jubileo 2025 será “Peregrinos de la esperanza”, según informó el presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella.
En diciembre de 2021 el Santo Padre encargó a este dicasterio vaticano la coordinación de los preparativos para el Año Santo 2025, de parte de la Santa Sede.
En esta línea, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que Mons. Rino Fisichella se ha reunido en las últimas semanas “con los superiores de la Secretaría de Estado, de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y de la Secretaría para la Economía”.
En una entrevista concedida a Telepace, el presidente del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización señaló que el lema del próximo Jubileo “peregrinos de la esperanza” describe dos términos que “ponen de manifiesto un tema clave del Pontificado de Francisco”.
Asimismo, Mons. Fisichella reconoció que “hay muchos trabajos que realizar” en estos dos años de preparación al Año Santo y subrayó “la necesidad de tener un sólido impacto preparatorio y de crear una máquina organizativa eficiente”.
Finalmente, la autoridad vaticana destacó que mientras que espera nuevas indicaciones del Santo Padre los trabajos preparativos ya comenzaron y que “una de las prioridades se refiere a la acogida de peregrinos y fieles” ya que “se espera que muchos estén en Roma durante el Año Santo, con la esperanza de que en los próximos dos años la emergencia sanitaria no afecte a las actividades tal como sucede actualmente”.
Por último, Mons. Fisichella confirmó que la Santa Sede ya está en contacto con las autoridades civiles de Roma, la región Lazio y del Gobierno italiano “para que todo se desarrolle con total seguridad y de acuerdo con la capacidad de acogida que la ciudad siempre ha garantizado”.
La Iglesia celebra periódicamente cada 25 años los Jubileos ordinarios. La historia y motivaciones muestran que el Jubileo es un tiempo que históricamente la Iglesia ha puesto al servicio de la conversión de los pecadores y la misericordia.
El término “Jubileo” tiene un origen judío, aunque la forma cristiana es muy diferente. En la tradición judía el Jubileo conmemoraba la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud. Su nombre tiene su origen toponímico en el jobel, un cuerno ritual empleado para marcar el inicio de la celebración. De la palabra jobel deriva el término cristiano “Jubileo”.
El primer Jubileo celebrado por la Iglesia católica tuvo lugar en el año 1300, en el Año Santo convocado por el Papa Bonifacio VIII. Aunque la idea inicial era celebrar un Jubileo cada 100 años, luego se redujo la periodicidad a 33, los años de Cristo al fallecer.
A partir de 1450 volvió a reducirse la periodicidad y se fijó en 25 años, para que cada generación tuviera su Jubileo.
El último Jubileo ordinario fue el Gran Jubileo del año 2000, convocado por San Juan Pablo II para conmemorar los 2 mil años del nacimiento de Jesucristo.
Además de los Jubileos ordinarios que se celebran cada 25 años, el Pontífice puede también convocar un Jubileo extraordinario por un evento de especial importancia. El último Jubileo extraordinario fue el del año 2015, el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco.
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