Un nuevo año es una nueva oportunidad para replantearse la vida. Sobre todo la vida que se llama interior, es decir, de dentro
¿Alguna vez pensaste que Dios te utilizaría en un lugar que jamás imaginaste? Y ¿hubieras hasta jurado que iniciarías tu aventura dentro de ese proyecto al estrenarse un nuevo año? ¡En mi vida lo imaginé, aunque sí lo soñé….. y heme aquí, y que gracias a un encuentro fugaz en la luminosa ciudad de Madrid, mientras saboreábamos una pasta de esas que se te hacen agua la boca junto a su directora Inma Álvarez, con una sonrisa que para mí ahora es inolvidable me dice : bienvenida al equipo, Sheila, ¡qué alegría!
Te estarás preguntando quién soy
Me llamo Sheila Morataya y me encanta la moda. Es más, soy una ex coach de modelos profesionales que sigue emocionándose cada vez que tiene la oportunidad de subirse a una pasarela. En mi aquí y ahora soy una psicoterapeuta y la creadora del método para sanar la autoestima “yo soy único e irrepetible”. En Amazon puedes encontrar mi libro. Pero bueno, poco a poco te iré contando de mí. Pienso que esta información basta para que nos vayamos conociendo.
@sheilamorataya
Año nuevo, vida nueva
¡Cuántas cosas planeamos las personas cuando todo es nuevo! Como leíste hace muy poco, estuve en España. Durante 40 días estuve empapándome de la obra, vida y práctica de los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Fue en la cueva de Manresa, lugar en donde viví esta maravillosa experiencia, que seriamente me planteé qué meta inmediata podría trabajar para el estrenado 2022.
Y esto fue lo me que dije…
Yo quisiera planear mejorar mi vida con Dios. Eso. Llegado a esta resolución sonaron en mi cabeza esas campanas de oro que se llaman oración. No sé si te pasa a ti, que hay períodos que se dan en tu vida interior en los que no sientes nada, no tienes gana de nada, o te parece que jamás podrás subir esa empinada cuesta, con tu bicicleta.
Pero, amiga, Buda no llegó a ser Buda sin esfuerzo, es más, dentro de esa filosofía está lo que se llama “el óctuple sendero”: Recto entendimiento. Recto pensamiento. Recto lenguaje. Recta Acción. Recta vida. Recto esfuerzo. Recta atención. Recta concentración. Me gusta mucho este planteamiento que me invita a pensar en la calidad de mi propia vida interior.
Cuando yo dejo de hablar con el Señor como que me cambia la vida, como que todo me cuesta más. Como que me vuelvo mucho más visceral. Muchas veces me canso de mí misma y siento que navego entre olas enfurecidas, es decir, pensamientos negativos.
Otras veces estoy consciente de que la gracia no está en burbujeando en mi interior como en mis mejores días y aún sabiéndolo no hablo con Dios. Me levanto, me pongo guapa, hago mis cosas pero simple y sencillamente mi voluntad no se conecta con Él. Pienso que todo ello se debe a que muchas veces tengo faltas y no voy inmediatamente a la confesión a hablar de ello. Sí. Soy de las que todavía va a la confesión. Otro día te contaré de cómo esta práctica espiritual me ha salvado la vida.
La verdad es que después de algunos años (décadas) de vivir con El Señor, creo que no hace falta cometer pecados mortales para experimentar una desconexión con El.
La vida con Dios exige…
Lo que pasa es que entrar en comunión con Nuestro Señor , un Dios tan puro, tan limpio, tan sin mancha, requiere que uno esté luchando por ser una persona pura, limpia, sin mancha. Sobre todo requiere examinar qué tipo de pensamientos y sentimientos se van colocando en el corazón. Quizá te esté resultando difícil leer esto de ser puro, limpio y sin mancha, pero fíjate que este es el trabajo del desarrollo personal al que se refieren los motivadores y gente que trabaja en este campo. Me considero uno de ellos. También soy una coach de vida y tanto en medios seculares como católicos la gente me llama con cariño «la coach del pueblo».
En desarrollo personal tú trabajas por ser tu mejor versión, sobre todo por ser una mejor persona. ¿Acaso no son estas las enseñanzas de Jesús? Él dice en las bienaventuranzas: ustedes serán felices si aprenden a ser pobres en su corazón. ¿Y qué quiere decir ser pobre en el corazón? Para mí ser pobre en el corazón significa ser desprendido, despojado, compasivo…..tratar de ver siempre lo bueno en los demás.
Esto ciertamente implica hacer un gran esfuerzo ya que generalmente las personas tendemos a ver lo negativo en los demás, juzgamos a la velocidad de la luz. Y esto que Jesús nos dice que no juzguemos para no ser juzgados.
Si vamos a juzgar, que sea porque tenemos mucho bueno que decir de alguien, por los esfuerzos que está haciendo por ser mejor persona, por cuidar del cuerpo que Dios le dio para cumplir un propósito, por esforzarse por ser buen hijo, esposo, esposa, padre y madre. Por ser el mejor en su profesión, es decir, prepararse bien y esforzarse por ser el mejor, no porque se le aprecie por esto sino porque de esta forma se da cuenta de la grandeza y el don que encierra ser persona.
Por eso…
Un nuevo año es una nueva oportunidad para replantearse la vida. Sobre todo la vida que se llama interior, es decir, de dentro.
Oren, oren con persistencia dice Jesús, y creo que Él dice esto porque la oración es la puerta que nos abre al Amor. Tú y yo hablamos con la persona Amor, que no sólo te ama incondicionalmente tal y como eres, sino que también te ayuda a conocerte profundamente, a unos niveles que ni la psicología, ni el mindfulness (tengo algunas certificaciones) te pueden dar. En la oración tú y yo, amada amiga, nos vamos a re-encontrar con la bondad de lo que somos. Alguien único e irrepetible. Un hijo del Amor, un hijo de Dios.
Es este Amor en su más profundo significado lo que nos debe impulsar a convertirnos en nuestra mejor versión, es el Amor y el empoderamiento que recibes de él gracias a su trato diario, lo que te inspira y te impulsa a convertirte en la mejor trabajadora, el mejor trabajador, en el mejor estudiante, en ese ser despierto que la sociedad agonizante de coronavirus imperiosamente necesita.
Ya lo sabes, somos amor, pero amor sobrenatural, y por ello este amor hay que cultivarlo. Se cultiva con el esmero que pones en sembrar las flores al llegar la primavera. La tierra podría representar a Dios, que hace que las flores broten gracias al tantísimo amor que sienten de su Dios. El poeta indio Rumi describe el amor de una forma muy hermosa: “El Amor es el calor de la luz del ser. Por eso el Amor lo abarca todo. El Amor es el calor y el resplandor de la unidad. El Amor es la esencia del universo”.
Te dejo con la siguiente tarea. Si este post te ha inspirado, removido algo en tu interior e incluso, despertado en ti algunas preguntas que necesitan respuesta, no dudes en escribirme a través del consultorio de Aleteia:consultorio@aleteia.org
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