Con tan solo diecisiete años ganó el mítico concurso de talentos en los EEUU y desde siempre se ha posicionado en contra del aborto y a favor de la abstinencia hasta el matrimonio
Jordin Sparks tiene ahora más de treinta años. Es una cantante y actriz consagrada, está casada y tiene un hijo. Lleva desde muy joven disfrutando de la fama, pero el éxito no le ha impedido mantenerse firme en sus creencias e ideales. Cristiana desde pequeña, Jordin ha sabido compaginar su pasión por la música y un profundo amor por Jesús. Desde siempre, esta artista precoz, ha defendido la vida y la fe cristiana.
Jordin Sparks, hija de un famoso jugador de fútbol americano, nació en Arizona el 22 de diciembre de 1989. Ya desde pequeña empezó a despuntar como cantante y participó en eventos musicales, algunos de ellos de carácter religioso, como su colaboración con el cantante cristiano Michael W. Smith. Antes de ganar American Idol, Jordin ya se había metido en el bolsillo a los jueces de otros concursos de jóvenes talentos.
Todas estas incursiones en el mundo de la música ya hacían presagiar que la pequeña Jordin iba a tener una carrera de éxito. El salto a la fama llegó de la mano de uno de los programas de más éxito en los Estados Unidos, American Idol, cuyo formato se ha exportado a muchos países del mundo.
Con tan solo diecisiete años, se convertía en la concursante más joven en ganar el concurso de jóvenes talentos. A partir de entonces, la suya sería una carrera meteórica. Su álbum de debut vendió millones de copias consiguiendo ser disco de platino. Desde entonces, no ha parado de cantar y recibir premios como un American Music Award o una nominación a los Grammy.
Convertida en toda una estrella, cantó el himno nacional de los Estados Unidos en eventos tan importantes como la Super Bowl o la Final de la NBA y ante presidentes como George Bush o Barack Obama.
Además de cantar, Jordin Sparks ha aparecido en varias películas y series de televisión. Una de las cintas en la que participó, God bless the broken road, era un drama que ponía el acento en la religión cristiana.
Jordin Sparks contrajo matrimonio en 2017 y un año después daba a luz un niño. En aquella época era una mujer de veintiocho años que llevaba tiempo defendiendo la importancia de permanecer virgen hasta el matrimonio.
Y es que la estrella no ha dudado nunca en defender abiertamente sus creencias religiosas, poniendo el foco en la necesidad de ser un referente para muchos jóvenes acostumbrados a relacionar la fama con la vida libertina. Sparks es una de aquellas grandes estrellas que demuestra que no existe incompatibilidad alguna entre creer en Dios, practicar la fe y ser una mujer moderna. En este sentido, ha participado también en campañas contra el aborto.
La música, la actuación y las colaboraciones con distintas marcas han convertido a Jordin Sparks en toda una estrella que no se ha olvidado, sin embargo, de los que sufren. Desde hace tiempo colabora en varias organizaciones de ayuda a los niños necesitados y a personas con enfermedades como el Sida o la malaria, en Estados Unidos y en otros lugares como África.
Publicar un comentario