Los mensajes de su marido, Josep, conmueven por su fe y esperanza. Miles de personas en España están rezando ahora por María Todolí.
María Todolí es madre de 9 hijos y está embarazada de la décima criatura, Caterina. María se contagió de COVID-19 y está en la UCI en un hospital de Valencia (España). Lleva unos días en situación muy grave.
Su marido, Josep, envió unos audios por whatsapp y se generó una cadena de oraciones gracias a la cual miles de personas están ahora en los cinco continentes orando por la salud de María y su bebé.
Pidiendo oraciones
La fe de Josep es ejemplar. En su primer audio, el 5 de enero, en el que comunicaba que a María la iban a intubar para facilitarle la respiración, decía:
«María y Caterina van a estar en el bracito de la Virgen, van a dormirse allí. Yo también voy a estar en ese bracito. Las niñas y Josepet (él) también vamos a estar en ese bracito. Todo aquel que quiera estar en ese bracito de la Virgen puede estar y sentir cómo es ella quien lleva la historia. Y cómo Dios, que es un papá, también lleva nuestra historia. Vamos a estar todos en su bracito, juntamente con María y Caterina.»
Josep pide que «hagamos ruido» rezando
Pero a diferencia de María y Caterina, nosotros no vamos a dormir, vamos a hacer mucho ruido para que María y Caterina se vuelvan a despertar aquí. Esta es nuestra misión, hacer ruido, jaleo. María siempre quería dormir y no la dejaban, no había forma de dejarla descansar. Pues vamos a seguir haciendo lo mismo, no vamos a dejar que descanse. Tiene que despertarse aquí, ella y Caterina».
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Josep seguía diciendo:
«Estamos bien, no os preocupéis. El Señor nos sostiene. Sus brazos nos están sosteniendo. María está muy agradecida. He hablado con ella, está llena de amor, me lo ha dicho. Agradecida por todos vosotros, por todo el amor que le habéis dado estos días. Así que ánimo. Pongámonos en el bracito de la Virgen juntamente con María y Caterina y recemos, recemos, recemos, hagamos ruido para que después, dentro de unos días, se despierten y podamos estar juntitos.»
«Ella se despertará y nos dará las gracias. La voluntad de Dios no sabemos cuál es. Si él quiere que se despierte aquí, se despertará. Y si no, se despertará directamente mirando a Dios y esta es nuestra esperanza, que se despierte, pero va a despertarse seguro. Y ya está. Y nos volveremos a ver, o aquí o en el cielo. Así que un abrazo a todos, gracias por estar ahí. Os quiero mucho, María también os quiere mucho. Un besito.»
María Todolí está estable, semiconsciente, aunque sigue en la UCI a causa de la neumonía que le provoca la COVID-19. Su marido sigue pidiendo oraciones y en sus mensajes se palpa la fe en el rezo del rosario, en la confianza puesta totalmente en Dios.
«Yo personalmente le he dicho a Dios que Él sabrá. Que la seguridad que pueda haber en mi vida es Él. Ya está. Que mis hijas son de él, y Él sabrá con mis hijas lo que será mejor. No lo sé, yo no tengo ni idea. Hay que seguir rezando. Si Dios quiere, se curará María y Caterina. Y si Dios no quiere, hará el milagro de que estemos todos confortados con Él. Porque es el Padre, es mi Padre, es el Padre de mis hijas y la Virgen María es la Madre y entonces yo ha llegado un punto que digo: Señor, Tú eres mi Roca. Ya está. Las noticias de los médicos no me sostienen. Solo eres Tú mi Roca. Tú eres el Padre de mis hijas, Tú sabrás, Tú sabrás lo que les conviene, Tú sabrás lo que me conviene.»
«María está semiconsciente. Rezad por ella, rezad muchísimo por ella. Yo estoy rezando por vosotros, a todas horas.»
La conversión de él
Para Josep, este tiempo ha supuesto una conversión de su corazón. Él mismo lo expresó así, al comunicar que María está evolucionando bien aunque muy poco a poco:
«Seguid rezando, por favor, porque vuestra oración nos está sosteniendo tanto a María como a Caterina como a esta familia y eso es un dato totalmente objetivo también. En esta casa (…) reinaba la violencia. Yo con mis hijas… a veces las trataba muy mal. Las quiero muchísimo pero soy un egoísta, soy un violento y las trataba mal.Les gritaba, les hablaba mal, daba golpes sobre la mesa diciendo ‘basta ya, ya está bien’ y ahora por la gracia de Dios, y esto es objetivo igual que los datos de los médicos (…), en esta casa reina el amor, reina la paz, reina el poder darse al otro, poder darme a mis hijas, con cariño, con paciencia.
Josep explicó qué ve en las niñas:
«Entre ellas veo una servicialidad, es decir, todas cuidándose, con esperanza. Están sufriendo, sí, pero están confortadas, tienen paz, tienen el corazón lleno de amor. Y eso es un dato objetivo que estamos viviendo. Y esto me brota un agradecimiento al Señor inmenso.»
«Os doy muchas gracias. Yo nunca había pensado hacer esto, simplemente mandé este mensaje a unos amigos de mi pueblo que casi no los veo nunca y yo qué sé estos mensajes dónde están llegando. Al Señor lo vemos vivo en esta casa y a la Virgen María también la vemos aquí viva. Y así es como estamos. Y esto no es obra nuestra. Yo soy un pobrecillo, que un soplo de viento me tira a tierra (…) pero el Señor es el fuerte, y eso es algo objetivo que os comunico. (…) Un beso.»
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