Después de tres años de suspensión, el regreso del tren que conecta Saint-Dié-des-Vosges y Épinal el domingo 12 de diciembre de 2021 fue un gran acontecimiento.
El primer ministro Jean Castex estaba ansioso por hacer el viaje. Y el padre Damien Bessot, párroco de Notre-Dame du Val de Meurthe también quiso celebrar la ocasión.
Cuando el primer tren de esa línea regional pasó por la estación de Saint-Léonard, él lo esperaba.
Iba equipado con un hisopo para bendiciones, en sotana y con una capa para saludar y acoger al vehículo y bendecirlo.
«Nada de lo humano le es ajeno a Dios»
En un video compartido por la diócesis, se le ve parado en un paso a nivel con una señal luminosa.
Tras rezar una oración y mientras el convoy aminoraba la velocidad, no dudó en rociar todo el tren con agua bendita.
“Nada de lo humano es ajeno a Dios, especialmente cuando el fin es la unión de los hombres”, comentó la diócesis de esta insólita bendición.
Para que conste, bendición viene del latín bene dicere, «decir bien».
La Iglesia puede bendecir personas (familias, pacientes, misioneros, catequistas, asociaciones, peregrinos, etc.), animales, lugares (lugares de trabajo, campos, locales de asociaciones, seminarios, etc.) y objetos (instrumentos de trabajo, vehículos, instalaciones técnicas, objetos de piedad…).
Pero cuidado, un lugar u objeto bendecido no debe ser objeto de superstición: la Iglesia nos recuerda que estas bendiciones están destinadas a la santificación de las personas que las usarán.
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