¿Qué hará ahora el Papa por el cardenal Pell, absuelto de cargos de abuso? 

La Justicia australiana anula la condena del cardenal George Pell por abuso sexual contra dos menores y el Papa Francisco reza por las personas que sufren sentencias injustas este martes de Semana Santa, 7 de abril de 2020. 

El Tribunal Superior de Australia absolvió al cardenal George Pell, que cumplía una condena de seis años por abuso de menores, revocando el fallo del Tribunal de Apelaciones emitido en agosto del año pasado que confirmaba la decisión del Tribunal de Melbourne de diciembre de 2018. 

El cardenal de 78 años, que siempre se ha declarado inocente, ahora está libre: dejó la prisión de Barwon para ir a una institución religiosa en Melbourne.  Por su parte, al poco tiempo de conocerse la noticia, el papa Francisco rezó por aquellos que sufren sentencias injustas al inicio de su homilía en Casa Santa Marta este 7 de abril de 2020. 

El Papa reza por ensañamiento contra inocentes 

En la misa de Santa Marta, el Papa recordó la persecución sufrida por Jesús y rezó por los que sufren ensañamiento, persecución y sentencias injustas. Este martes de Semana Santa, al principio de su misa matutina, se leyó la antífona (Sal 26): “No me entregues al poder de mis enemigos; se han levantado contra de mí falsos testigos, gente que respira violencia”.

Luego el Papa dirigió sus pensamientos hacia los inocentes perseguidos: “En estos días de Cuaresma hemos visto la persecución que sufrió Jesús y cómo los doctores de la ley fueron feroces contra él: fue juzgado con ensañamiento, con ensañamiento, siendo inocente. Me gustaría rezar hoy por todas las personas que sufren un juicio injusto por el ensañamiento”.

Los siete jueces del Tribunal Superior de Australia revocaron la sentencia del Tribunal de Apelación, que había condenado al  Cardenal George Pell por abuso de menores, ya que existe una posibilidad razonable de que el delito no haya ocurrido. El cardenal ha reafirmado su inocencia: ahora es libre. 

La “presunción de inocencia”

El Papa que estableció normas anti-abusos para el Estado del Vaticano y la curia. En ellas – indicó – hay que garantizar siempre la “presunción de inocencia” y, si los delitos pueden ser reiterados, se prevé la aplicación de medidas cautelares. Si las acusaciones son infundadas, serán archivadas, pero conservadas.

Ahora, el Papa podrá rehabilitar al cardenal australiano de 78 años, que había sido destituido de sus cargos en el Vaticano. Sin embargo, es posible que no regrese a Roma debido a su edad, pues luego de los 75 años, los obispos y los altos prelados entregan su carta de renuncia al pontífice. 

Francisco había impuesto “medidas de precaución” contra el cardenal Pell, dictadas en el momento del regreso del alto prelado a Australia, es decir, “la prohibición del ejercicio público del ministerio y la prohibición de tener contacto de cualquier tipo y forma con menores”.  A la luz de los hechos, probablemente sean retiradas en poco tiempo. 

La Santa Sede siempre ha reconocido las decisiones de las autoridades judiciales australianas, al mismo tiempo, que ha recordado que el cardenal Pell siempre ha “reafirmado su inocencia” y que tenía derecho a apelar ante el Tribunal Superior. 

Luego de veredicto unánime, el cardenal Pell reiteró que la injusticia que había recibido ya estaba curada. Dirigiéndose a la persona que lo acusó de algo que sucedió en los 90, en ese momento un monaguillo de la catedral de Melbourne, el cardenal dijo que no tenía ningún resentimiento. 

Así que esperaba que su absolución no añadiera más dolor. La base para la curación a largo plazo, dijo, es la verdad y la única base para la justicia es la verdad, porque la justicia significa la verdad para todos.

Limpiar el buen nombre de quien fuera acusado injustamente

A la luz de los acontecimientos, la Congregación para la Doctrina de la Fe con los resultados del proceso y la conclusión definitiva de todos los niveles judiciales se ocupará del caso Pell para reincorporarlo y reafirmar su buen nombre. 

Precisamente, en marzo de 2019, Francisco firmó un “motu proprio” sobre la protección de los menores y de los adultos vulneables en el que estableció nuevas normas penales anti-abusos sexuales para el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia romana, incluidos los nuncios apostólicos. Precisamente, indicaba “que se haga todo lo posible para limpiar el nombre de quien haya sido acusado injustamente».

Francisco insistía que se garantice “a los imputados el derecho a un proceso equitativo e imparcial, en el respeto de la presunción de inocencia, además de los principios de legalidad y de proporcionalidad entre el delito y la pena que se destituya de sus encargos al condenado por haber abusado de un menor o de una persona vulnerable y, al mismo tiempo, que se le ofrezca un apoyo adecuado para la rehabilitación psicológica y espiritual, incluso con vistas a su reinserción social”. 

La Santa Sede en diversas declaraciones ha confirmado constantemente su cercanía a las víctimas de abusos sexuales y su compromiso, a través de las autoridades eclesiásticas competentes, de perseguir a los miembros del clero responsables.

Nuevos desencuentros

Tras la anulación de la condena del cardenal Pell, en nombre de la Conferencia Episcopal Australiana, su Presidente, el Arzobispo Mark Coleridge, reconoció que la decisión del Tribunal Supremo será bien recibida por quienes creen en la inocencia del cardenal, mientras que será devastadora para otros. 

Por consiguiente, reiteró el compromiso inquebrantable de la Iglesia para proteger a los menores y para dar una respuesta eficaz a los supervivientes y las víctimas de abuso sexual infantil.

Por último, el cardenal Pell agradeció a sus abogados y a todos los que rezaron por él y lo ayudaron y consolaron en este difícil momento. El alto prelado en en su país y fuera, ha tenido pocos pero fuertes seguidores y defensores públicos de su inocencia.

Algo de la historia de Pell

Pell había sido nombrado Obispo auxiliar en la Arquidiócesis de Melbourne en 1987, convirtiéndose en Arzobispo Metropolitano de la ciudad en 1996. En abril de 2013, el papa Francisco lo había nombrado miembro del Consejo de Cardenales y, en febrero de 2014, Prefecto de la recién creada Secretaría para la Economía.

A finales de junio de 2017, después de dos años de investigaciones en Australia, había sido acusado formalmente de varios cargos por “crímenes históricos de violencia sexual” en dos casos separados. Antes del veredicto de hoy, el cardenal debía pasar 3 años y medio en la cárcel de un total de seis años establecidos por la sentencia precedente por el Tribunal de apelación de Victoria.

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