“Eric ha demostrado lo mejor del servicio que brindan a nuestra comunidad, a nuestras ciudades y a nuestro país. Como agentes de policía, quiero honrarlos, porque con demasiada frecuencia se los da por sentado. Y, sin embargo, en situaciones como esta, ustedes son los que protegen la vida humana”, dijo el Arzobispo de Denver, Mons. Samuel J. Aquila, durante la ceremonia en la que también participó un gran número de policías.
La Misa fue celebrada en la Forma Extraordinaria del Rito Romano por el P. Daniel Nolan de la parroquia Our Lady of Mount Carmel en Littleton, Colorado.
Además de los fieles que asistieron a la Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción en el centro de Denver, más de 1.400 personas sintonizaron la transmisión en vivo de la Misa. La Arquidiócesis de Denver cubre la zona de Boulder y gran parte del norte de Colorado.
Talley, de 51 años, fue el primero en llegar a la escena el 22 de marzo y respondió valientemente a los disparos de un hombre en la tienda de comestibles King Soopers. El sujeto disparó y mató a Talley y a otras nueve personas.
El ataúd de Talley, envuelto en un sudario negro y dorado, fue colocado frente al altar en la basílica durante la Misa.
Antes de la Misa, los oficiales de policía utilizaron sus vehículos y motocicletas para realizar una procesión a lo largo de la avenida Colfax hasta la catedral, para presentar sus respetos.
Mons. Aquila ofreció las “condolencias de toda la comunidad católica, por su esposo, por su papá y por su hijo”.
Talley dio su vida para salvar a otros, dijo Mons. Aquila, y citó las palabras de Jesús: “Nadie tiene mayor amor que este, dar la vida por los amigos”.
El Prelado dijo, basándose en los testimonios de los compañeros oficiales de Talley, que “Eric vivió eso”.
“Es evidente que era un hombre de Dios, uno que puso a Cristo en primer lugar en su vida”, dijo Mons. Aquila, ofreciendo oraciones por los agentes de policía presentes.
Talley se unió al departamento de policía de Boulder en 2010 a los 40 años.
“Que nuestro Señor continúe consolándote... en los días venideros”, concluyó Mons. Aquila, hablando a la familia de Talley, cuyos siete hijos tienen entre siete y veinte años.
El P. James Jackson, párroco de Our Lady of Mount Carmel, dijo en su homilía que la tragedia del tiroteo en Boulder “rompió el corazón de Dios” y le dijo a los fieles que Jesús soportó el dolor del tiroteo en su crucifixión.
El sacerdote leyó un sermón sobre la Agonía en el Huerto, de San John Henry Newman, que dice en una parte: “[El sufrimiento] es la larga historia de un mundo, y solo Dios puede soportar la carga”.
El P. Jackson dijo que el propósito de una Misa réquiem es adorar y agradecer a Dios por la creación de la persona que murió. Seguidamente, llamó a Talley “un fiel y heroico oficial de la ley”.
Sin embargo, dijo el P. Jackson, Talley no hubiera querido ser “canonizado” en su funeral, prefiriendo en cambio oraciones por su alma y por su familia, reconociendo que el policía era un ser humano que necesitaba la salvación de Dios.
La Policía arrestó a Ahmad Al Aliwi Alissa, de 21 años, por perpetrar el tiroteo y ahora se enfrenta a 10 cargos de asesinato en primer grado, según la Policía de Boulder. Los funcionarios no han discutido un posible motivo para el tiroteo, aunque sus abogados defensores solicitaron que se le evalúe por enfermedad mental.
Una página de GoFundMe creada para apoyar a la familia de Talley ha recaudado casi un millón de dólares hasta el lunes 29 de marzo.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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