Los militares cerraron algunos templos “para evitar aglomeraciones”. Los obispos venezolanos denuncian la situación
El Domingo de Ramos en Venezuela fue único. Por un lado, se generaron gestos de solidaridad con quienes no asistieron a los templos por la COVID-19; entretanto, los militares cerraron algunos templos “para evitar aglomeraciones”, según denunció el obispo del Táchira
Si bien en la mayoría de las iglesias parroquiales de Venezuela, las ceremonias para recordar la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén como narran los Evangelios, se cumplió con restricciones a causa de la pandemia. En cambio, en algunas zonas del estado Táchira, denunciaron el amedrentamiento para evitar la participación de los creyentes, como ocurrió en la diócesis de San Cristóbal.
Primero la buena noticia del municipio Chacao
“Un año diferente, pero la tradición de palma bendita sigue más viva que nunca. Hoy Entregamos la hoja de palma bendita a las personas más vulnerables de nuestra casa”, publicó en sus redes sociales Hilmer Escalona, concejal y vecino del municipio Chacao, en el estado Miranda (Venezuela).
Allí funciona la parroquia “San José” de Chacao que, el sábado 27 de marzo, recibió las tradicionales palmas del Domingo de Ramos. Pero no todos pudieron asistir a la bendición de las palmas, dijo Hilmer Escalona para Aleteia.
Por segundo año consecutivo, en este municipio que forma parte de la metrópolis de Caracas, personas, los vecinos acostumbrados a participar en la primera de las concentraciones de la semana Mayor, la vivieron desde sus hogares debido a la pandemia del coronavirus. Pero desde allí clamaron su bendecido ramo.
Fue así como se despertó una “buena idea” con el sencillo gesto impulsado por el concejal Escalona. La actividad se convirtió en una de las más novedosas prácticas solidarias en medio de la pandemia, en Venezuela. El funcionario y creyente llevó la anhelada palma bendita hasta los hogares de los más ancianos y enfermos. También de quienes por las restricciones no asistieron a su iglesia.
Palmeros de Chacao, Patrimonio Inmaterial de la humanidad
“Me vi obligado como palmero, vecino de Chacao y feligrés activo de la parroquia san José, a llevarles su ramo de palmas benditas a estos vecinos que también son creyentes”, dijo convencido del gesto solidario. Tal vez, el único en todo el país. “Fueron 33 familias con personas vulnerables las cuales no pueden salir a la calle para exponerse al Covid-19”, acotó en un sonido de voz.
Escalona, quien es miembro del grupo de palmeros “Los Cambures” del casco histórico de Chacao, explicó que la entrega de las palmas fue organizada entre una comisión que preside en la alcaldía y la iglesia a cargo del padre Reinaldo Gámez. “Lamentablemente, por la situación del Covid-19 en el país, este año no pudimos celebrar la Misa del Domingo de Ramos en la plaza Bolívar de Chacao”.
“Con fe y cumpliendo todas las medidas de bioseguridad, llevamos la palma bendita a muchos vecinos que no pudieron llegar a la iglesia”, agregó Hilmer, sosteniendo que en Chacao se rogó “por el cese de la pandemia y la salud de todos los venezolanos”.
Como es tradición desde hace más de 200 años, los “Palmeros de Chacao” subieron al Cerro El Ávila en busca de la palma real. En años anteriores, subían no menos de 200 personas quienes pernoctaban para recoger y sembrar la planta. Esta vez, IMPARQUES, entregó permiso solamente para 20 palmeros. Subieron hasta la zona llamada “Los Venados” a buscar las tradicionales pencas que luego se distribuyeron en puntos estratégicos del municipio.
Desde el 12 de diciembre de 2019, los “Palmeros de Chacao” fueron declarados Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO, dijo.
“No nos quitarán la fe, ni la Semana Santa”
Si bien en Chacao se vivió la celebración del Domingo de Ramos sin muchas complicaciones a pesar de la pandemia, no se puede decir lo mismo con lo ocurrido en San Cristóbal (hacia la frontera con Colombia). Monseñor Mario Moronta Rodríguez, denunció el amedrentamiento de funcionarios militares que impidieron la celebración pública en algunos templos de su diócesis.
Al principio de su mensaje dominical, el obispo se refirió al acontecimiento histórico que “abrió las puertas a la pasión, muerte y resurrección de Jesús: su entrada triunfal como Rey a Jerusalén”. Luego llegó la dura denuncia del también primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Lamentó la injustificada presencia de militares y policías que impidieron con sus piquetes la entrada a los templos o desalojaron –como en el caso de dos o tres parroquias, -según dijo- la celebración de las misas en algunas iglesias.
“Elevo mi voz, como Pastor. Porque no se justifica. Han podido hacer una comunicación, ponernos de acuerdo”, dice a través de un video en las Redes Sociales:
“Nosotros hemos cumplido y hacemos propaganda para que la gente se cuide”, indicó del normativo contra la pandemia, implementado por la Iglesia.
Moronta: “¿Por qué no los ponen donde hay corrupción?”
“¿Por qué no ponen esos piquetes en frente de donde hay rumbas, en las licorerías? ¿Por qué no los ponen donde venden drogas? ¿Por qué no los ponen donde hay corrupción?”, preguntó Moronta a los responsables del gobierno de Nicolás Maduro. La repuesta provino del propio obispo: “¡Porque tienen miedo!”. “Pero quieren ser valientes con la gente sencilla”, agregó. “Las quieren poner frente a las iglesias, donde la gente sencilla quiere de verdad alabar y bendecir al Señor”, expresó con molestia el prelado.
Monseñor Mario Moronta invitó a todos los fieles a manifestar públicamente su fe colocando al frente de sus viviendas, las banderas de Venezuela y de la Iglesia, junto a las imágenes religiosas de Cristo o de la Virgen. “No nos quitarán la fe, ni la Semana Santa. ¡Qué viva Cristo Rey!”, dijo con gran fervor.
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