El 30 de abril, el Siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como “el médico de los pobres”, será beatificado a las 10:00 a.m. (hora de Venezuela) en la iglesia del colegio La Salle de Caracas, en la zona de la ciudad donde el futuro beato realizó gran parte de su labor.
Con este motivo, la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) publicó el 28 de abril un comunicado para expresar su alegría por la beatificación de un compatriota en tiempo de Pascua. “Seremos testigos de un acontecimiento que marcará la vida de todos los ciudadanos y creyentes del país, pues uno de nosotros, con olor a pueblo y con el perfume del amor de Dios, será elevado a la gloria de los altares”, dijeron los obispos.
La carta fue firmada por el presidente de la CEV y Arzobispo de Maracaibo, Mons. José Luis Azuaje Ayala; el vicepresidente de la CEV y Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta Rodríguez; el segundo vicepresidente de la CEV y Obispo de La Guaira, Mons. Raúl Biord Castillo; y el secretario general de la CEV y Obispo Auxiliar de Caracas, Mons. José Trinidad Fernández Angulo.
Los obispos recordaron que la beatificación de José Gregorio será “un importante paso en la historia de la salvación […] desde los inicios de la evangelización en 1498”. Además, reconocieron el esfuerzo de los promotores de su causa y todos los que promovieron su devoción, y pidieron a Dios “la gracia de un nuevo milagro” para “que sea el primer santo venezolano”.
Agradecieron a la Trinidad Santa por el “regalo” de la vida del futuro beato y dijeron que su “fe enriquecida con la oración”, amor a la Eucaristía y devoción a la Virgen María, manifestada en “su decidida caridad”, los inspira a seguir el ejemplo de aquel “cristiano ejemplar, que supo conjugar su vida ciudadana y profesional con su vivencia cual hijo de Dios”.
Los obispos también agradecieron al Papa Francisco por aprobar la causa de su beatificación en 2020, que consideran “un maravilloso regalo de la misericordia divina” y dijeron que “el pueblo venezolano mantiene una fiel devoción al sucesor del apóstol Pedro. Seguiremos orando por su ministerio”.
Lamentaron que no pueda asistir el secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, pero le agradecieron “por su disponibilidad al querer presidir la celebración de beatificación […] sabemos de su cariño e interés por el pueblo venezolano”. En esa misma línea, agradecieron al Nuncio Apostólico, Aldo Giordano, por ser quien presidirá la Misa de beatificación.
También agradecieron de forma especial a los venezolanos, por su perseverancia, tenacidad, oración y “multiformes muestras de devoción llena de fe y cariño hacia el médico de los pobres”
“Fue la voz de ustedes la que, de verdad, se hizo sentir ante los Sumos Pontífices, particularmente, el Papa Francisco, para solicitar y apoyar la decisión de su beatificación, luego de haber cumplido con los pasos necesarios y requeridos por la Ley Universal de la Iglesia”, dijeron.
“Nadie puede atribuirse el logro de la beatificación; en primer lugar porque no pensamos en términos mundanos y no lo vemos como un objetivo cumplido. Es mucho más que eso, pues es un don de la gracia de Dios quien escuchó el clamor de su pueblo”, agregó.
Los obispos recordaron que “este acontecimiento es una luz de esperanza para todos nosotros” en medio de la “pandemia del COVID-19, unida a la profunda crisis que atraviesa el país”.
Explicaron que el beato “dedicó lo mejor de su inteligencia para prepararse a fin de servir a su pueblo, y dio junto con otros compañeros médicos una respuesta clara y llena de justicia y caridad ante el deteriorado servicio de salud de entonces y la epidemia de la ‘gripe española’”.
“Su sensibilidad ante los más necesitados y su preocupación por desarrollar estudios avanzados en el campo de la medicina son una muestra de su esperanza y visión de futuro. No dejó nunca de sentirse miembro de su pueblo al cual ofreció toda su entrega”, agregó.
En ese sentido, subrayaron que “su entrega solidaria nos recuerda que debemos manifestarnos como hermanos y buscar que nadie pase necesidad”, en medio de “tiempos difíciles”, donde “no pocos buscan solo sus propios intereses” y donde “podemos sentir la tentación del desaliento y de la desesperanza”.
También, destacaron su “alegría” y dijeron que es “una invitación a ver con ojos de fe la tarea que debemos seguir emprendiendo. El pueblo es el verdadero sujeto de su destino. Para ello, sabedor de la gracia que Dios le concede, puede y debe construir la verdad en la caridad que nos da la auténtica liberación y así poder alcanzar una sociedad llena de justicia, paz, libertad y de amor”.
Finalmente, declararon la beatificación como un “día de júbilo” en el país y todos los países donde se le venera, y llamaron a la nación a aprovecharlo como “una expresión de la gracia y del amor de Dios hacia todos nosotros”.
“Al igual que el nuevo beato, con la ayuda del Espíritu Santo tengamos ojos de fe y esperanza para mirar hacia el horizonte y ser capaces de hacer realidad lo que nos identifica como discípulos de Jesús: el amor entre los hermanos con la misma intensidad con la que nos amó el Señor”, dijeron.
“Al seguir la ceremonia de su beatificación y acompañarla con nuestras oraciones, convirtamos cada uno de nuestros hogares, instituciones, comunidades y toda la nación en un inmenso coro para proclamar las maravillas del Señor que sigue realizando su misericordia en medio de nosotros de generación en generación”, agregaron.
“María de Venezuela, Nuestra Señora de Coromoto continúe protegiéndonos con su amor de Madre y que la Trinidad Santa nos bendiga siempre. Amén”, concluyeron.
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