A principios de este mes, el presidente Joe Biden anunció la nominación de Power. El miércoles 28 de abril, el Senado confirmó el nombramiento con 68 votos en favor y 26 en contra. Como cabeza de USAID, Power tendría una amplia influencia para determinar qué grupos merecerían o no la ayuda de Estados Unidos en los países en desarrollo.
A los líderes provida les preocupa que, dado el historial de Power en asuntos internacionales, dirija la ayuda a grupos proaborto y pro LGBT en países en desarrollo, o condicione la asistencia de Estados Unidos a grupos que adopten principios proaborto y pro LGBT.
El P. Bonaventure Luchidio, Director Nacional de la Pontificia Sociedad Misionera en Kenia, escribió en un comunicado enviado a ACI África –agencia africana del Grupo ACI–, que espera que Power “siendo una diplomática de la más alta reputación y una escritora global y ganador adel premio Pulitzer no persuadirá ni influirá en la conciencia y mente de otras personas proponiendo una agenda pro-choice [proaborto] para ayudar a los países necesitados”.
“Eso sería poco ético e inmoral a la vez”, subrayó el P. Luchidio.
“Que la dignidad humana y la opción preferencial por los pobres sean los principios rectores y las preocupaciones que priman en toda la ayuda que se brinde a los países necesitados, sin adjuntar la ayuda a algunas prácticas que menoscaban nuestra conciencia”, añadió.
Anteriormente, Power se desempeñó como embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas (ONU) durante la administración del presidente Barack Obama.
Nacida en Londres y criada cerca de Dublín, Power emigró a los Estados Unidos cuando era niña. Trabajó como corresponsal en el extranjero antes de dedicarse a la política exterior, y su libro sobre genocidio ganó el Premio Pulitzer de no ficción en 2003.
Los obispos y líderes de grupos internacionales provida han cuestionado qué tipo de intereses estadounidenses se promoverían en sus países bajo la supervisión de Power. Compararon una política exterior estadounidense a favor del aborto con el imperialismo cultural.
Por ejemplo, en enero de 2021, Biden publicó un “memorando presidencial para proteger y ampliar el acceso a la atención integral de la salud reproductiva”, en la que anunció que se anularía la Política de la Ciudad de México, abriendo la puerta al financiamiento de ONG extranjeras que realizan o promueven abortos en el extranjero.
Esta acción se aplica a cientos de millones de dólares en asistencia de planificación familiar de USAID, así como a miles de millones de dólares de asistencia médica global de los Estados Unidos. Por lo tanto, Power podría estar en una posición clave en USAID para dirigir fondos a grupos proaborto como Marie Stopes International o la International Planned Parenthood Federation (IPPF).
El Obispo de Oyo en Nigeria, Mons. Emmanuel Badejo, señaló en un comunicado enviado a ACI África que bajo el poder de Power, USAID “indudablemente perseguirá un ataque ideológico y cultural contra los valores religiosos y culturales africanos”.
“Más que nunca, los católicos en particular y los africanos en general, necesitan educación de conciencia para saber qué está pasando realmente sobre el derecho a la vida y la guerra ideológica de género”, dijo el obispo.
En declaraciones a ACI Prensa, Jesús Magaña, presidente de la plataforma Unidos por la Vida (Colombia), dijo que “es muy triste comprobar que el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene una agenda de muerte”.
Magaña lamentó “la elección de Samantha Power como nueva directora USAID”, debido a que su “trayectoria como promotora del aborto y la agenda LGBTI nos confirma que la agencia será usada de manera ideologizada para imponer programas que se alejan del desarrollo de los pueblos, al imponer agendas de muerte y destrucción de la familia y la cultura de estos pueblos a los que se pretende ‘ayudar’”.
“Estamos alertas y listos a denunciar las violaciones al más fundamental de los derechos humanos, el derecho a la vida”, añadió el líder provida.
Ivone Mieles, directora la plataforma Ecuador Provida, dijo en un comunicado que la nominación de Power “nos deja mucho en qué pensar”, advirtiendo que podría recuperar la defensa del aborto y las causas LGTB de la administración Obama.
“Entonces, esta mujer que trabajó en la administración Obama regresa para reactivar de alguna manera lo que Trump detuvo. En ese sentido, genera miedo en América Latina la influencia que tendrán organizaciones, entre otras, como Planned Parenthood”, dijo Mieles.
Mieles añadió que su país se encuentra en una posición vulnerable, dependiente de la asistencia extranjera para el desarrollo. Con Power en la administración Biden, “seguramente el ataque y la influencia serán más agresivas”, dijo.
Luis Losada Pescador, director de campañas de la plataforma CitizenGO, dijo a ACI Prensa que, “como ya advertimos, la llegada de Biden a la presidencia de los Estados Unidos significaría una marcha atrás grave para la causa provida y profamilia, ya qu permitiría el uso de fondos federales para financiar el aborto fuera de los Estados Unidos y regresaría a la 'diplomacia LGTB' en una injerencia ideológica incompatible con el respeto de la soberanía de otros países”.
“Cabe prepararse para que gran parte de la ayuda al desarrollo de EEUU en Latinoamérica sea destinada a promover el aborto bajo el eufemismo de ‘derechos sexuales y reproductivos’. Y también habrá fondos federales para promover la agenda LGTB: 'matrimonio' entre personas del mismo sexo, adopción gay, cambio de sexo registral y adoctrinamiento en las escuelas”, continuó.
Finalmente, Losada cree que la sociedad civil “debe prepararse para resistir este injerencia disfrazada de cooperación al desarrollo, denunciándola en los organismos internacionales y presionando a los gobiernos nacionales para que exijan verdadero desarrollo: educación, sanidad e infraestructuras”.
Como embajadora de la ONU, Power pronunció discursos sobre los derechos LGTB, señalando las acciones que la administración Obama había tomado para promover ese fin.
En un discurso de 2015 en la Universidad de Harvard sobre los derechos LGBT, Power promocionó la participación de Estados Unidos en “el primer evento ministerial sobre los derechos LGBT” durante la Asamblea General de la ONU de 2013.
En un discurso de 2016 ante la Campaña de Derechos Humanos, Power explicó cómo un memorando de 2011 del presidente Obama incorporó los derechos LGTB al “ADN” de la política exterior de Estados Unidos. Dijo que esta política consistía no solo en combatir la criminalización de la homosexualidad por parte de países extranjeros, sino en enviar recursos a grupos LGBTI.
Cuando las declaraciones del Papa Francisco sobre la convivencia o unión civil de personas homosexuales se hicieron públicas en octubre del 2020, Power dijo que el supuesto apoyo del Papa a ese tipo de unión “tendrá en última instancia un impacto profundo en cómo se trata a los gays y lesbianas en todo el mundo”.
El Vaticano aclaró más tarde que los comentarios del Papa Francisco, dados en una entrevista de 2019 e incluidos en el documental “Francesco” que se emitió en 2020, se referían a un proyecto de ley específico de 2010 sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo en la legislatura argentina; como Arzobispo de Buenos Aires, el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio se opuso.
El Vaticano aclaró que el Cardenal Bergoglio –hoy Papa Francisco– apoyó el derecho de estas personas a tener “cierta cobertura legal”, a la que refirió como “ley de convivencia civil”.
Después de su tiempo en el gobierno de Obama, Power también ha apoyado el aborto legal.
En una entrevista con el Irish Times, Power manifestó su apoyo al aborto legal en Irlanda como parte de la campaña “Repeal the 8th” en 2018.
El verano pasado en Estados Unidos, cuando la Corte Suprema se puso del lado de las clínicas en contra de las regulaciones de aborto en Luisiana, Power tuiteó: “Es bueno que #SCOTUS [Corte Suprema de los Estados Unidos] mantenga un claro precedente”, y calificó la ley de Luisiana de “extremadamente restrictiva”.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
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